Las dietas restrictivas engordan
En una cultura donde el ideal de belleza está representado por un cuerpo delgado y sin un ápice de grasa, no es extraño que la mayoría de las personas sigan las más diversas dietas para perder peso, algunas de las cuales incluso llegan a ser dañinas para la salud.
Sin embargo, aunque puede parecer un contrasentido, lo cierto es que algunas dietas para perder peso en realizad pueden engordar. Y es que los kilos perdidos pueden reaparecer como por arte de magia en pocos meses. Es lo que se conoce como “Efecto Rebote” y se relaciona con la habilidad de nuestro organismo para recuperar el peso que ha perdido una vez que se ha abandonado la dieta restrictiva.
Estas son las conclusiones a las que ha llegado un estudio publicado en la Journal of the American Dietetic Association. En la investigación se pudo constatar que la mayoría de los adolescentes con exceso de peso que seguían una dieta estricta, al cabo de 5 años pesaban más que al inicio de la dieta. Por tanto, los investigadores no tienen dudas, algunas dietas aumentan el riesgo de ganar peso a largo plazo y de padecer trastornos de la alimentación.
Según los especialistas en nutrición, mientras más extrema es la dieta y menos calorías se consumen, mayores son las probabilidades de recuperar el peso una vez que se vuelve a la alimentación normal. Todo parece indicar que detrás de este efecto rebote se encuentra una alteración alimentaria, la cual se produce cuando el organismo varía su gasto energético en aras de adaptarse a un nuevo sistema de alimentación.
¿Por qué la dieta nos hace engordar?
Una investigación publicada recientemente en la American Journal of Clinical Nutrition encontró que la principal razón por la que una dieta restrictiva nos hace engordar con el paso del tiempo se relaciona con la disminución desproporcionada de la termogénesis adaptativa; es decir, con la capacidad del organismo para ahorrar sus reservas y mantener sus funciones vitales. De esta manera, cuando se abandona la dieta y se vuelve a la alimentación normal, el exceso de calorías que el organismo ya no necesita para mantener sus funciones vitales (porque las redujo durante la dieta) se almacenan en las células grasas haciendo que el peso aumente rápidamente.
Otras investigaciones han encontrado también que mantener una dieta restrictiva aumenta las probabilidades de realizar ingestas compulsivas debido a que el sistema de control del apetito se desequilibra. De hecho, cuando se limita la ingesta de calorías el cerebro responde de manera más intensa a los alimentos que se pretenden evitar y, por tanto, es más fácil ceder ante las tentaciones y darse atracones.
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