La litiasis biliar

Entre los principales factores de riesgo de la enfermedad se identifican primeramente los antecedentes familiares, así como el exceso de peso u obesidad. También suele destacarse la hipercolesterolemia, la dieta rica en grasas, las operaciones gástricas, la enfermedad de Crohn y los tratamientos con estrógeno. Sin embargo, las personas que sufren de alcoholismo crónico, de diabetes, de cirrosis hepática y enfermedades hemolíticas también pueden padecer de litiasis biliar.
Por lo general, la mayoría de los casos de litiasis biliar (entre un 65% y un 80%) no producen síntomas, por lo que el diagnóstico se realiza de manera casual en exploraciones que son realizadas por otras razones. A estos pacientes se les recomienda un tratamiento dietético e higiénico que consiste principalmente en la reducción de su peso, en el control de su dieta y la ingestión de abundante líquido.
Sin embargo, en algunos casos la enfermedad puede originar cuadros clínicos muy severos y dolorosos denominados cólicos biliares y que requieren un tratamiento urgente. En estas situaciones el dolor comienza de manera leve y luego va aumentando su intensidad hasta convertirse en muy severo, aunque casi nunca sobrepasa las cinco horas. Suele manifestarse en la zona del hígado y el epigastrio acompañándose de vómitos y sudoración. Los especialistas recomiendan un tratamiento basado en antiinflamatorios, analgésicos y espasmolíticos así como impiden la ingestión de líquidos.
Por supuesto, los tratamientos pueden ser diversos ya que dependerán del grado de severidad de la enfermedad y del estado general de salud del paciente.