Bebidas energéticas ¡Cuidado con el corazón!

bebidas energeticasQue tire la primera piedra quien jamás ha probado una bebida energética. De hecho, se trata de una práctica que está de moda ya que estas prometen reponer la energía perdida. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, cerca del 12% de los adultos, el 68% de los adolescentes y el 18% de los niños son grandes consumidores de bebidas energéticas. Sin embargo, estas bebidas no son tan beneficiosas como se pensaba en un primer momento e incluso pueden ser muy peligrosas para la salud.

Un riesgo para el corazón

Las bebidas energéticas son una combinación de diferentes compuestos, como la cafeína, aminoácidos, carbohidratos, vitaminas y en ocasiones de extractos medicinales como el ginseng o el guaraná. Su propósito esencial es aportar una dosis extra de energía pero, contrario a lo que muchos piensan, esta acción se debe únicamente a sus grandes dosis de cafeína. De hecho, se conoce que una bebida energética contiene tanta cafeína como 4 tazas de café filtrado, 4 latas de coca cola, 2 cafés expresos y alrededor de 6 tazas de té.

Por consiguiente, no es difícil comprender que la ingesta frecuente de cafeína puede llegar a convertirse en un problema de salud que termina provocando alteraciones en el sistema nervioso central y en el metabolismo. De hecho, se conoce que cuando las bebidas energéticas se mezclan con el alcohol pueden provocar severos síntomas cardiovasculares como palpitaciones, taquicardia, aumento de la presión arterial, nerviosismo, insomnio y falta de coordinación motora.

En este sentido, un estudio realizado recientemente por investigadores de la Universidad de Bonn en Alemania, halló que las personas que consumen bebidas energéticas con frecuencia tienen un mayor riesgo de arritmias. Y es que estas bebidas provocan afectaciones en la contractibilidad del corazón, una función básica que regula el movimiento del músculo cardiaco e interviene en el ritmo con el que envía la sangre al resto del organismo.

Asimismo, otra investigación, esta vez realizada en la Universidad Camilo José Cela de Madrid en un grupo de deportistas de élite, corroboró los resultados del estudio anterior. Es cierto que el consumo de bebidas energéticas mejoró entre un 3% y un 7% el rendimiento deportivo pero también fue el responsable de efectos indeseados como el insomnio, el nerviosismo y un nivel de activación incontrolable.

Obviamente, con estos resultados en mano, los expertos aconsejan reducir el consumo de bebidas energéticas, sobre todo en las personas que ya son sensibles a la cafeína y tienen problemas del corazón.

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