El consumo de bebidas energéticas es peligroso en los adolescentes
En los últimos años se ha incrementado el consumo de bebidas energéticas, sobre todo entre los más jóvenes. De hecho, se estima que en España el 62% de los adolescentes puede llegar a consumir hasta siete litros de bebidas energéticas.
Sin embargo, también han salido a la luz numerosos estudios que demuestran que estos productos no son tan inofensivos como se pensaba sino que pueden provocar diferentes alteraciones en nuestro metabolismo.
Ahora una nueva investigación vuelve a poner en tela de juicio las bebidas energéticas al afirmar que los adolescentes que las consumen con frecuencia tienen el doble de probabilidades de consumir alcohol y drogas. El estudio en cuestión fue desarrollado por investigadores de la Universidad de Michigan y se publicó en la Journal of Addictive Medicine.
¿Cómo llegaron a estas conclusiones?
La investigación se basó en una encuesta realizada a unos 22.000 adolescentes norteamericanos, con edades comprendidas entre los 13 y los 18 años. En la encuesta se preguntaba sobre el consumo de bebidas energéticas, drogas y alcohol.
Después de analizar los resultados, los investigadores apreciaron que 1/3 de los adolescentes consumían con frecuencia bebidas energéticas. No obstante, el problema fue que apreciaron una correlación entre la asiduidad con la cual consumían bebidas energéticas y el uso de sustancias como el alcohol, el tabaco, las anfetaminas y el cannabis.
Vale aclarar que esto no significa que las bebidas energéticas llevan a los jóvenes a la adicción pero la relación de base es innegable por lo que los padres deberían preocuparse por limitar el consumo de este tipo de bebidas en los adolescentes ya que estas contienen cafeína y otras sustancias estimulantes como la taurina que no deberían estar presentes en la dieta de los chicos.
De hecho, algunos especialistas consideran que son tan perjudiciales como las drogas ya que en edades muy tempranas pueden enganchar a los adolescentes. Debes saber que cuando estas bebidas se consumen con “moderación” pueden provocar insomnio, ansiedad, nerviosismo e irritabilidad pero cuando se ingieren en grandes cantidades pueden generar taquicardia y desorientación.
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