Ver la tele para relajarse: ¡Mejor no!
La mayoría de las personas cuando regresan del trabajo o la escuela lo único que desean es relajar las tensiones. Algunos comparten con los amigos, otros van al gimnasio pero la mayoría elige ver televisión. Sin embargo, quizás esta no es la mejor manera para relajarnos, o al menos eso afirma un estudio publicado recientemente en la Journal of Communication.
El televisor no es sinónimo de relajación
Esta investigación, realizada por especialistas de la Johannes Gutenberg University Mainz en Alemania y la VU University Amsterdam en Los Países Bajos,evaluó las actividades que un grupo compuesto por 471 personas elegían para relajarse durante la noche y valoraron si realmente lograban liberar las tensiones a través de esas tareas.
Estos investigadores hallaron que las personas que más fatigadas y agotadas estaban al finalizar el día optaban por actividades más cómodas y sedentarias, como ver televisión o jugar en el ordenador o en el móvil. Sin embargo, lo más interesante fue que estas actividades no les permitían realmente relajar las tensiones ya que a menudo las personas se sentían culpables y fracasadas al terminar el día. Además, como no habían logrado recuperarse del estrés, tampoco estaban dispuestos a enfrascarse en tareas importantes a esa hora de la noche.
¿Por qué la televisión no relaja?
En el estudio se pudo apreciar que muchas de las personas que optaban por el televisor o por jugar terminaban reflexionando sobre su vida, los problemas que experimentaron durante la jornada y su incapacidad para ejercer el autocontrol. De esta manera, la sensación de culpa y fracaso no tardaba en aparecer, lo cual no hacía sino empeorar su estado de ánimo creando un círculo vicioso.
Además, ver la tele o engancharse a los videojuegos también provoca un desgaste mental por lo que muchas personas solían indicar que se sentían muy fatigadas al terminar. Por eso, los investigadores recomiendan que al regresar del trabajo, optemos por otras actividades para relajarnos, como puede ser escuchar música, leer un buen libro o compartir con la familia y amigos.
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