Tratamiento de la diabetes mellitus

La diabetes mellitus es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. Afortunadamente el 95% de ellas posee una diabetes tipo 2, lo que indica que puede ser regulada fundamentalmente a partir de cambios en el estilo de vida.

Se afirma que existen seis puntos básicos para el tratamiento de la diabetes mellitus: el plan dietético, el ejercicio físico, la medicación, los hábitos de higiene, el plan de autocontrol y el control periódico.

El plan dietético debe ser individualizado, realizado por un especialista que tome en cuenta el peso de la persona, las peculiaridades de la enfermedad y los objetivos que se plantean con la dieta. No obstante, como norma general se debe regular la cantidad de carbohidratos que se ingieren en el día y evitar los alimentos que puedan provocar un pico glucémico. Así, la persona con diabetes deberá evitar los alimentos con harina blanca y decantarse por aquellos productos que estén hechos con harina integral.

A la misma vez, el ejercicio físico debe regirse por un plan personalizado que sea factible para la persona y que se dirige fundamentalmente a evitar la obesidad. Lo ideal es realizar al menos 30 minutos de ejercicio diario, fundamentalmente aeróbicos o quizás caminar deprisa y montar bicicleta.

En relación con los medicamentos para tratar la diabetes mellitus existen múltiples opciones como aquellos que aumentan la sensibilidad de los tejidos periféricos a la insulina, los que estimulan la secreción de insulina o los que retardan el vaciamiento gástrico. No obstante, es el médico quien deberá decidir cuál es el más adecuado para cada caso.

En lo tocante a los hábitos de higiene debe puntualizarse que no fumar es el primer cambio que debe realizar toda persona a la cual se le diagnostique la diabetes. A este se le suma la necesidad de desarrollar horarios precisos de comida y de sueño.  

Muchos especialistas también recomiendan que el diabético aprenda técnicas de autocontrol para evitar las descompensaciones que pueden estar causadas por una tensión emocional y para que no sucumba a las tentaciones de ingerir alimentos “prohibidos”.

Por último pero no menos importante, el diabético debe someterse a los controles periódicos de forma que se pueda apreciar si ha habido cambios en su enfermedad que demanden una transformación en los estilos de vida o en los medicamentos.

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