Siete consejos para iniciar la práctica del yoga caliente

Realizar actividad física es bueno para nuestra salud. En general, cualquier tipo de ejercicio provoca beneficios pero casi todos deben ser tomados con cautela, sobre todo si se practica por vez primera o si sufrimos de alguna enfermedad.

Por ejemplo, el yoga caliente ayuda a desintoxicar el cuerpo y facilita la eliminación de las toxinas a través de la piel. También estimula el sistema inmunológico y el bombeo de sangre oxigenada a todos los órganos. Sin embargo, el hecho de que se practique a temperaturas que superan los 30 grados Celsius puede provocar algunas dificultades.

Por ende, el yoga caliente solo es recomendable para aquellas personas que tengan una buena salud cardiovascular, que no posean problemas en las articulaciones y que no sean intolerantes al calor.

No obstante, aunque cumplas con todos estos requisitos, si vas a iniciar a practicar el yoga caliente, sería bueno que tuvieses en cuenta estas recomendaciones:

  1. Aprender primero los ejercicios básicos del yoga en un ambiente con temperatura normal. De esta forma podrás valorar qué nivel de dificultad representan. El calor facilita la flexibilidad pero también puede provocar daños en los tendones, músculos y ligamentos.
  2. Usa la ropa adecuada: pantalones cortos y camiseta sin mangas. Cuida que todo el conjunto facilite la transpiración.
  3. Bebe abundante líquido al menos dos horas antes de practicar el yoga caliente. Preferentemente agua, jamás café o alcohol.
  4. Asegúrate de que el profesor de yoga está calificado para impartir este tipo de entrenamiento.
  5. No consumas más de 200 calorías antes de los ejercicios.
  6. Comienza despacio y detente siempre que lo necesites. No realices sobreesfuerzos.
  7. Si sientes mareos, dolor en el pecho o sensación de desvanecimiento, detente y llama a un médico.

Finalmente, la recomendación más importante es que, aunque estés en aparente buen estado de salud, consultes a tu médico antes de iniciar este tipo de ejercicios.

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