Medicina para la epilepsia: Los últimos estudios

El área de la medicina para la epilepsia ha demostrado grandes avances en los últimos años si bien aún quedan varias cuestiones sin resolver como los factores que provocan el inicio de las crisis epilépticas, cuál es el mejor tratamiento, qué hacer para su prevención y cómo se desarrolla el cerebro a partir de éstas crisis.

En este sentido, los investigadores patrocinados por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) continúan estudiando todas estas cuestiones en busca de una respuesta convincente y en el intento de elaborar nuevos medicamentos u otros tratamientos para la epilepsia que sean aún más eficaces.

Con ese propósito, en el año 1975 se creó el Programa de Análisis Exploratorio de Anticonvulsionantes del NINDS para el estudio de nuevas terapias que ayuden al tratamiento de las personas con epilepsia. En el marco de este programa se han creado 390 asociaciones que han contado con los últimos avances tecnológicos para el análisis de los diferentes compuestos que pueden emplearse en los tratamientos antiepilépticos.

Actualmente se estudia la manera en que los neurotransmisores excitadores e inhibidores y otras células no neuronales como las glías actúan sobre las neuronas para controlar las emisiones nerviosas durante las crisis epilépticas. Los estudios también se orientan a la identificación de los genes que influyen de alguna manera en la aparición de la epilepsia, pues una vez identificados, podría trabajarse en nuevas formas de prevención o tratamiento.

En los últimos años se ha comenzado a experimentar con el transplante de neuronas fetales de cerdo que se encargan de producir GABA (ácido gammaaminobutírico) en los cerebros de los pacientes. El propósito de estos experimentos es evaluar si los injertos pueden controlar las crisis epilépticas. En este sentido, las investigaciones preliminares indican que el trasplante de células madres podría ser beneficioso en el tratamiento de la epilepsia, mostrando además que el cerebro suele sufrir cambios sutiles anteriores a una crisis. Por eso se ha diseñado el prototipo de un dispositivo que puede predecir la aparición de las convulsiones hasta 3 minutos antes de que ocurran con lo que podría reducirse considerablemente el riesgo de lesiones en las personas epilépticas al permitirle conducirse a un área segura donde iniciar la crisis.

Los investigadores también se encuentran trabajando en el mejoramiento de las imágenes de resonancia magnética (RM) que sirvan de guía a los médicos durante la cirugía al tejido dañado por la epilepsia y les permita alejarse de las partes fundamentales del cerebro. Con esto se evitarían muchos efectos secundarios de la cirugía.

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