Los síntomas del ébola
En los últimos meses el ébola ha vuelto a ser noticia saltando a las portadas de los diarios debido a un nuevo brote del virus en los países africanos de Guinea, Sierra Leona y Liberia. Sin embargo, el primer caso en España no se hizo esperar y muy pronto apareció otro en Estados Unidos por lo que todas las alarmas se han disparado. Y no es para menos porque esta enfermedad, que apareció por primera vez en 1976, continúa teniendo altas tasas de mortalidad, que oscilan entre el 25% y el 90% de los infectados, según apuntan los informes recientes de la Organización Mundial de la Salud.
De hecho, se trata de una enfermedad infecciosa viral aguda causada por varios tipos del virus del Ébola de la familia de los Filoviridae. El principal problema es que se trata de una enfermedad que se propaga con relativa facilidad, a través del contacto con personas, animales, materiales o fluidos corporales infectados. Una vez que la persona se ha contagiado con el virus del ébola, los primeros síntomas pueden tardar en aparecer entre 2 y 21 días, el período de incubación del virus en el organismo.
Sin embargo, diagnosticar el ébola no es tan sencillo pues para tener un diagnóstico definitivo es necesario realizar algunas pruebas de laboratorio específicas sobre muestras del paciente que demuestren la existencia del virus, aunque en la mayoría de los casos los síntomas tardíos de la enfermedad no dejan lugar a dudas, aunque para ese momento puede ser demasiado tarde.
Los síntomas inequívocos del ébola
Los primeros síntomas del ébola son:
– Fiebre
– Vómitos y diarreas
– Escalofríos y fatiga general
– Dolor abdominal
– Dolor muscular generalizado
– Dolor de garganta y de cabeza
Algunos días después, una vez que el virus se ha instaurado en el cuerpo y la infección avanza, los síntomas se hacen más agresivos y es común que aparezca:
– Sangrado por los ojos, la nariz y los oídos
– Hemorragia gastroinstestinal
– Erupción cutánea hemorrágica
– Inflamación genital
– Sensación de dolor en la piel
– Coagulación vascular diseminada (coagulación de los vasos sanguíneos)
– Hemorragias masivas
– Estado de shock
– Estado de coma severo
Por el momento no existe una vacuna contra el ébola y tampoco hay un tratamiento específico, aunque se están usando los anticuerpos de personas que han logrado superar la enfermedad. No obstante, se está trabajando en diferentes tratamientos experimentales y algunos dejan una puerta abierta a la esperanza.
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