Los riesgos del calor

El excesivo calor o las olas de calor que superan las temperaturas de 32º C pueden ocasionar problemas de salud graves y potencialmente letales. Aunque el cuerpo tiene formas de mantenerse frío, su exposición por largos períodos de tiempo a temperaturas calurosas puede entorpecer el enfriamiento adecuado del organismo y en consecuencia la persona ve cómo los síntomas de enfermedades preexistentes se acentúan o incluso comienza a sentir problemas nuevos.

Entre las primeras afectaciones que provoca el calor puede manifestarse la presencia de calambres y agotamiento. Posteriormente suele presentarse un dolor de cabeza inmenso, náuseas, vómitos y una sensación de debilidad generalizada y grave. Aunque al respecto, se conoce que los mayores riesgos del calor están relacionados con la insolación.

Cuando se llega a la insolación debido a la exposición por largas horas al sol, la temperatura corporal suele elevarse y esto provoca un estado mental alterado, mareos y en algunos casos pérdida de conciencia. También es usual que los músculos y órganos presenten problemas en su funcionamiento, lo que puede conllevar a una insuficiencia renal y, por ende, la insolación se convierte en una enfermedad potencialmente mortal. En los casos graves de insolación es común que se presenten quemaduras profundas que afectan el metabolismo del organismo.

En este sentido, los especialistas recomiendan que en épocas de elevadas temperaturas nos mantengamos en lugares acondicionados, donde no se exponga al cuerpo humano a la acción directa del calor (sobre todo si este excede los 32º C). Debe evitarse además la exposición al aire libre en las horas de más calor comprendidas entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde, velando por la hidratación del cuerpo (algo que se evidencia a partir del color de la orina o por los signos de sed).

Recuerde siempre, que aunque su cuerpo se adapte a las condiciones de calor, las modificaciones que puede sufrir el mismo pueden llegar a ser irreversibles.

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