Efectos de las metanfetaminas: Aumenta el riesgo de Parkinson
La metanfetamina o desoxiefedrina es considerado como un potente psicoestimulante debido a sus efectos sobre el sistema nervioso central. Este compuesto en su forma pura posee la estructura de un polvo blanco, cristalino, inodoro, de sabor amargo y con características muy solubles.
La metanfetamina posee además la peculiar característica de cruzar con facilidad la barrera hematoencefálica que separa al cerebro del resto del cuerpo, de esta forma los niveles de sustancia en el cerebro alcanzan casi unas 10 veces los niveles en sangre ejerciendo una mayor acción sobre el sistema nervioso central.
La metanfetamina se indica sobre todo en el tratamiento de la narcolepsia, en el trastorno por déficit de atención (TDAH) y en los casos de control de la obesidad; manteniendo un efecto estimulante durante 6 y 12 horas. Sin embargo, en las personas adictas a esta sustancia o en los casos de sobredosis pueden ocurrir algunos efectos secundarios.
Entre los efectos de la metanfetamina se encuentra sobre todo un estado creciente de agotamiento psicológico, físico y cognitivo dado por el bloqueo constante de las señales somáticas como el sueño, el hambre que advierten sobre el deterioro funcional progresivo. En estos casos, una vez que la droga desaparece totalmente del organismo, pueden presentarse además estados de gran agitación psicomotriz asociados con conductas violentas y delirios de persecución muy semejantes a los que aparecen en los cuadros de esquizofrenia paranoide.
También se ha asociado el consumo excesivo de metanfetaminas con el aumento del riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson, según un reciente estudio desarrollado en la Universidad de California.
En este sentido, se evidenció que los pacientes con trastornos debido al uso de metanfetaminas poseían un 76% de probabilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson, en comparación con aquellas personas que no usaban esta droga con frecuencia. Aunque en el estudio puntualizan que este riesgo solo ocurre en las personas que consumen sobredosis de metanfetaminas, no siendo así en los pacientes que la consuman con fines médicos como parte de un tratamiento debidamente estructurado.