¡No te obsesiones!

Hay ocasiones en las cuales la dieta se convierte en una obsesión. Se trata de casos en los cuales nos tomamos nuestro régimen alimenticio al extremo y padecemos física y, sobre todo, emocionalmente.
Pareciera que muchas personas van de comer descontroladamente a una rigurosidad que termina por saturar. Se trata de quienes creen que hacer dieta significa comer “todo Light”, vivir a base de hojas verdes y manzanas, y olvidarse por completo de aquellos platos que más placer les generan. Nosotros te damos un consejo: no te obsesiones.
Esto, en primer lugar, no debe ser necesariamente así. Una dieta saludable incluye variedad de nutrientes, y darnos un gusto de vez en cuando no nos hará engordar en forma considerable.
También están las personas que se obsesionan con las cantidades, al punto de escandalizarse de no encontrar una cuchara del tamaño que deben usar para media el aceite, o de tener balanzas para pesar alimentos y contar gramo a gramo. Es más práctico usar medidas como cucharas (en general, no es necesario que sea la misma), platos, o tamaños comparándolos con objetos o nuestro puño por ejemplo).
Una dieta con semejantes restricciones nos saturará rápidamente y es este el motivo de que no podamos mantenerla por mucho tiempo. Además, está claro que puede condicionar seriamente nuestra vida social. No es bueno caer en el punto de dejar de salir a comer en días especiales con los seres queridos o de ausentarse en cada reunión que hay por la comida. Es totalmente posible mantener una buena dieta y a la vez integrarse en actividades sociales. Todo radica en mantener un equilibrio.

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