Los síntomas del melanoma
El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se origina precisamente en la dermis, afectando sobre todo a las células que le dan coloración a esta; es decir, la melanina (el pigmento que da color a nuestra piel).
El melanoma se puede presentar en cualquier lugar del cuerpo, aunque en los hombres suele evidenciarse con más frecuencia en la región del tronco, la cabeza y el cuello, mientras que en las mujeres es común que aparezca en los brazos y las piernas. Por lo general suele presentarse en adultos, pero también puede aparecer en niños y adolescentes.
Entre los principales factores de riesgo para la aparición del melanoma se describe: poseer la piel de la cara clara, sobre todo si se quema fácilmente, tener los ojos de color azul, verde o de otro color claro, el cabello rubio o pelirrojo, así como tener antecedentes de quemaduras de sol con ampollas, sobre todo si fueron comunes desde edades tempranas.
También aumenta el riesgo de su aparición la exposición excesiva al sol durante largos períodos de tiempo, poseer varios lunares, ser de raza blanca y varón, y poseer antecedentes familiares de patologías de este tipo.
Entre los síntomas del melanoma se encuentran fundamentalmente: la presencia de un lunar que cambie de tamaño, color o forma, que tenga bordes irregulares o más de un color, sobre todo si es asimétrico, produce picazón o sangra. También suelen presentarse cambios en la pigmentación de la piel o la presencia de lunares satelitales, o sea, lunares que crecen cerca de un lunar ya existente.
Ante síntomas de este tipo, es imprescindible acudir al médico para someterse a exámenes de diagnóstico, pues mientras más rápido se comience un tratamiento, mejor pronóstico tendrá la enfermedad. Aunque se recomienda que las personas que posean algunos de estos factores de riesgo se someta regularmente a un estudio para valorar la posibilidad de aparición o no de la enfermedad.