Los síntomas de la amebiasis: Una enfermedad muy común
La amebiasis es una enfermedad digestiva muy frecuente en los tiempos actuales, sobre todo en zonas que tienen condiciones sanitarias inadecuadas. Las estadísticas refieren que aproximadamente el 12% de la población mundial está infectada con esta enfermedad, evidenciándose sobre todo en las zonas de Asia, África y Centroamérica.
La amebiasis se produce a partir de la absorción del parásito unicelular Entamoeba histolytica que se instala inicialmente en el intestino grueso pudiendo invadir posteriormente otros órganos. Se transmite de manera directa de una persona a otra por contacto oral fecal o de manera indirecta por la ingestión de quistes procedentes del agua o de alimentos contaminados.
Las personas infectadas con el parásito generalmente no presentan síntomas severos que indiquen su presencia, pues éstos generalmente se manifiestan de manera leve. Al respecto se refiere que sólo en el 10% de las personas que padecen la enfermedad manifiestan los síntomas y éstos a su vez suelen aparecer tardíamente de 1 a 4 semanas desde que se produjo la infección.
Entre los síntomas de la amebiasis más comunes se encuentran: las diarreas con deposiciones líquidas que pueden contener moco o sangre, el dolor abdominal, la fiebre, la flatulenta, el dolor de cabeza y las náuseas. Aunque en su forma más severa pueden aparecer deposiciones sanguinolentas ya que seguramente ha provocado una perforación intestinal o peritonitis.
En algunos casos especiales la Entamoeba puede introducirse en el hígado y formar abscesos o diseminarse mediante la sangre e invadir los pulmones o el cerebro. En estos casos se evidencian complicaciones mayores como un absceso hepático o cerebral, una peritonitis o pericarditis, o una enfermedad pleuropulmonar.
Aún así, los especialistas puntualizan que la presencia e identificación de los síntomas de la amebiasis no necesariamente indican la presencia de la enfermedad ya que estas problemáticas pueden ser comunes a otras patologías. De la misma forma que la ausencia de síntomas no significa que la persona no esté contagiada. Por ello lo mejor es cuidar las condiciones higiénicas en el hogar y, ante la duda, someterse a los exámenes de rutina.