Los daños de los rayos ultravioleta para nuestros ojos

Cuando los termómetros descienden, esto quiere decir que el sol está más bajo en el horizonte por lo que el ángulo de los rayos solares incide de forma más directa sobre los ojos, el reflejo es más intenso y es entonces cuando los daños de los rayos ultravioleta se hacen sentir provocando irritación ocular.
Tanto es así que se conoce que en la última década las lesiones oculares provocadas por los rayos ultravioleta (UV) se han incrementado en un 30%. Obviamente, algunas de ellas ocurren durante el verano pero otras tienen lugar en la temporada invernal.
Debes tener presente que existen tres tipos de rayos UV pero los más dañinos son los UVB ya que provocan quemaduras en el ojo. Por otra parte, también debes estar atento a los rayos UVA puesto que estos son absorbidos por el cristalino. Ten en cuenta que el daño provocado por la radicación solar es acumulativo.
Uno de los efectos más comunes de la exposición directa al sol sin usar la debida protección son las quemaduras en la córnea (que en el ámbito médico se conoce como queratitis). Este problema tarda tan solo unas horas en desarrollarse pero puede durar durante días. Se aprecia como una sensación de arena y ardor dentro de los ojos.
Otra afectación bastante común es el pterigión, es decir, una tumoración no cancerosa del tejido fino y transparente que recubre la parte blanca del ojo. Se trata de un problema que afecta fundamentalmente a quienes trabajan al aire libre y están constantemente expuestos a los rayos ultravioleta.
Otros problemas que surgen a largo plazo y que son aún más preocupantes son: cataratas, lesiones en la retina e, incluso, cáncer en la piel alrededor del ojo.