Los beneficios de la fangoterapia

Los efectos de la fangoterapia se sustentan esencialmente en la acción de los minerales como el hierro, azufre, zinc, magnesio, manganeso y cobre que posee el fango al igual que los demás oligoelementos y minerales geológicos como el cuarzo, los silicatos y la mica. De esta manera, cuando el fango se libera del agua, todos estos elementos se condensan y le transfieren sus propiedades curativas a quienes lo emplean.
Así, entre los beneficios de la fangoterapia se destaca su acción regeneradora de las células encargadas de reactivar la formación de colágeno y elastina en la piel humana. De esta manera, su empleo fortalece y tensa el cutis, a la vez que ayuda a eliminar las toxinas que se encuentran debajo de la piel.
El empleo de este tratamiento también actúa en el proceso de eliminación de la grasa del organismo debido a su propiedad de absorción que garantiza la limpieza profunda de los poros de la piel. De manera similar, la fangoterapia mejora y estimula la circulación sanguínea, tonificando y reafirmando a su vez la piel y siendo además un excelente tratamiento contra la celulitis.
De manera general, la fangoterapia posee propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes, refrescantes, calmantes y absorbentes que se emplean con fines curativos. Así, es usual que este procedimiento se use para abordar algunas patologías como el reumatismo articular y el deformante, la inflamación de las articulaciones, además de los dolores musculares, las úlceras, abscesos, fístulas, artritis, inflamaciones linfáticas, quemaduras y torceduras.
Al respecto también es común su utilización con fines estéticos en el tratamiento del envejecimiento precoz, la flacidez del busto, la deshidratación de la piel y en algunos casos de pérdida de cabello.
Así, la fangoterapia está considerada como un tratamiento muy efectivo y natural que puede emplearse en casi todos los casos sin poseer contraindicaciones que limiten su uso.
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