Las gominolas no son tan dulces

gominolas¿A qué niño no le gustan las gominolas? Colores diversos, formas disímiles y un agradable sabor para el paladar son los atractivos que convierten a las gominolas en una de las confiterías preferidas de los pequeños y de quienes ya no lo son tanto. Sin embargo, detrás de ese dulce sabor se esconden numerosos riesgos para la salud.

5 riesgos de comer gominolas

Comer gominolas de manera esporádica no es peligroso pero cuando su consumo se convierte en un hábito, las consecuencias no tardan en aparecer.

1. Aumenta el riesgo de tener caries. Las gominolas tienen altos contenidos de azúcares que al mezclarse con la saliva forman una placa ácida que se adhiere al esmalte de los dientes produciendo las temidas caries. Por tanto, mientras mayor sea el consumo de gominolas, mayor será el riesgo de daño permanente, sobre todo si el niño ya ha dejado atrás la etapa de los dientes de leche.

2. Favorece el sobrepeso y la obesidad infantil. Las gominolas están compuestas entre un 70% y 80% de azúcares simples como la fructosa, glucosa y sacarosa, que son una fuente de energía de rápida asimilación. Eso significa que cuando comemos gominolas estos azúcares son metabolizados por el organismo y se transforman en glucógeno, que es almacenado en el hígado y los músculos. Sin embargo, cuando la cantidad de azúcar ingerida sobrepasa los límites de almacenamiento, el exceso de glucógeno se transforma en grasa y se acumula en el tejido adiposo convirtiéndose en una reserva energética a largo plazo. Por consiguiente, a medida que la acumulación adiposa aumenta, también se incrementa el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.

3. Incrementa el riesgo de padecer diabetes y enfermedades metabólicas. Como resultado de la conversión de los azúcares de las gominolas en glucógeno y grasas, el riesgo de padecer trastornos metabólicos (como problemas de colesterol y triglicéridos) aumenta. Asimismo, las posibilidades de sufrir diabetes se incrementa.

4. Puede provocar atragantamientos, sobre todo en los niños más pequeños. Las gominolas suelen masticarse con dificultad debido a su textura gomosa, sobre todo cuando son de gran tamaño, lo que aumenta el riesgo de atragantamientos y, en casos más severos, de asfixia en los niños.

5. Puede provocar alergias en los niños altamente sensibles. Debido a los aditivos (como colorantes y gelificantes), las gominolas suelen ser una causa común de alergias simples, sobre todo en los niños con sensibilidad alimentaria. De esta manera, pueden provocar algunos problemas respiratorios y manifestaciones cutáneas.

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