Las diferentes pirámides alimenticias
Prácticamente cada cultura posee su propia pirámide alimenticia que usualmente está basada en aquellos productos que se encuentran con más facilidad en su entorno natural. No obstante, aunque las pirámides alimenticias pueden diferir en algunos detalles; lo cierto es que todas ellas brindan un ejemplo saludable a seguir para confeccionar el menú cotidiano.
Pirámide asiática:
Base: Arroz, fideos, pan, mijo, maíz y granos enteros
Frutas, vegetales, legumbres, semillas y nueces
Aceites de origen vegetal
Pescados y productos lácteos
Huevos y aves de corral
Azúcares
Punta de la pirámide: Carnes
Pirámide latinoamericana y mediterránea:
Base: Frutas, vegetales, granos, frijoles, nueces, legumbres, semillas, hierbas y especias
Pescados y productos del mar
Aves de corral, huevos, quesos, productos lácteos
Punta de la pirámide: Azúcares y carnes
Pirámide vegetariana:
Base: Granos
Legumbres, nueces y otros productos vegetales ricos en proteínas
Vegetales
Frutas
Punta de la pirámide: Grasas
Pirámide de la Clínica Mayo:
Base: Frutas y vegetales
Carbohidratos
Proteínas y productos lácteos
Punta de la pirámide: Grasas y azúcares
Como puede apreciarse, más allá de las sutiles diferencias que existen entre una pirámide y otra, todas coinciden en el hecho de que las frutas y vegetales deben estar más presentes en la dieta cotidiana y los productos derivados de la leche y de origen animal deben estar más restringidos.
Para utilizar estas pirámides en la vida práctica y preparar un menú, se pueden seguir algunos pasos:
1. Elegir una amplia variedad de alimentos de cada uno de los grupos de base. Esto les garantizará todas las calorías, proteínas, minerales, vitaminas y fibra de la cual necesitarán y a la misma vez permitirá que no se aburra asumiendo siempre los mismos platos.
2. Adaptar el plan a los gustos específicos de cada persona. Afortunadamente, las pirámides alimenticias son muy generales por lo que para ingerir una buena cantidad de carbohidratos podemos elegir entre el pan, el arroz, las pastas, las patatas… El secreto está en saber adaptar la dieta a nuestras preferencias.
3. Combine cada alimento con otros grupos, esto le permitirá acceder a una mayor variedad de platos y hará que su dieta sea menos monótona. Por ejemplo, se pueden combinar las lentejas y el arroz o la pasta y el pescado. Las posibilidades realmente son infinitas.