Las causas del acné

Aunque el acné usualmente se relaciona con los adolescentes, lo cierto es que esta problemática puede extenderse a otras épocas de la vida, manifestándose también en los adultos. Esto sucede debido a que el acné se desarrolla cuando el sebo (una sustancia de consistencia grasosa fabricada por la piel) y las células muertas obstaculizan los folículos e impiden el crecimiento de un vello. Entonces las bacterias pueden desencadenar la inflamación y la infección resultante se complica propiciando el acné.

Las causas del acné pueden ser muy variadas, incidiendo tanto la dieta alimenticia como hábitos de higiene inadecuados o incluso los factores genéticos. Algunos de los factores más comunes son:

– El aumento en la producción de hormonas que tiene lugar durante la adolescencia que provoca que los folículos se obstaculicen con mayor asiduidad y da lugar a lo que se conoce como el acné juvenil.

– Los cambios hormonales que ocurren durante el periodo del embarazo.

– Factores hereditarios, se ha observado que con cierta frecuencia las personas cuyos padres han padecido de acné, tienen una mayor propensión a padecerlo también ellos. Lo cual puede deberse a que se hereda el tipo de piel grasa, más propensa a desarrollar procesos infecciosos.

– La ingesta de algunos medicamentos que provocan el acné como una reacción adversa.

– El uso de maquillaje inadecuado que obstaculice los poros y que contenga demasiada grasa.

– El consumo de alimentos con exceso de grasas y la pobre hidratación.

Dentro de los factores que pueden empeorar el acné pueden mencionarse:

– La presión causada en la piel por las gafas, los cascos o los vestidos, en el caso de la espalda.

– El aumento de la humedad y la contaminación en el medio ambiente.

– Apretarse los puntos negros sin tener en cuenta los requisitos de esterilización mínimos.

Afortunadamente existen algunas ideas que pueden prevenir o hacer que el acné no empeore; algunas de ellas son:

– Lavarse la piel con delicadeza y al menos dos veces al día; sobre todo si se transpira en exceso.

– Emplear jabones con un pH neutro que no irriten la piel.

– Evitar la exposición prolongada al sol; sobre todo si utiliza alguno de los medicamentos y cremas para el acné ya que estos suelen causar quemaduras o arrugas en la piel si la exposición al sol es muy larga.

– Elegir un maquillaje no comedógeno ya que éste no propiciará la aparición de los puntos negros, dejando que los poros pueden respirar.

– Optar por una dieta donde predominen las verduras y las frutas, desechando los alimentos ricos en grasas.

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