La adenoidectomía: Beneficios y riesgos

Las adenoides, como parte del sistema inmunológico, actúan filtrando los gérmenes que intentan invadir al organismo humano. Su desarrollo natural permite el crecimiento de anticuerpos que combaten las infecciones en el cuerpo pero en algunos casos estas infecciones llegan a afectar al tejido adenoideo ocasionando su inflamación y un crecimiento anormal por lo que es recomendable extraerlas mediante un procedimiento quirúrgico.

Precisamente, la adenoidectomía es la cirugía donde se extraen las adenoides inflamadas, casi siempre debido a una severa infección y por lo tanto obstaculizan el paso normal de la respiración a través de la nariz. El procedimiento quirúrgico y la recuperación postoperatoria suelen ser simples y con este intervención se mejora la ventilación nasal, se disminuyen las infecciones del oído, la sinusitis y desaparecen los ronquidos y la apnea del sueño.

La adenoidectomía es el procedimiento más seguro y preciso para la extracción del tejido adenoideo, siendo bastante rápido y con muy poco sangrado por lo que permite una mejor visualización y acceso a la anatomía de la garganta, sobre todo si el médico encargado utiliza el microdesbridador para acceder a la zona quirúrgica.

Sin embargo, como en cualquier otro tipo de cirugía realizada bajo anestesia general pueden surgir reacciones a la medicación, hemorragias internas, problemas respiratorios o infecciones post-operatorias. Durante la operación puede perderse además alguna pieza dental o presentarse un sangrado excesivo que demande la cauterización inmediata.

Luego de la cirugía puede presentarse una pequeña cantidad de sangre en la saliva o en la nariz y vómitos de color oscuro (sobre todo durante las primeras horas). Posteriormente puede aparecer dolor de garganta, de oídos o en el cuello, cambios en la voz, tos y cierta salida de líquidos por las fosas nasales.

Es recomendable que en caso de manifestarse alguna complicación, la persona operada acuda inmediatamente a su médico de manera que puedan valorarse adecuadamente los síntomas evidenciados. Aunque es válido recordar que a pesar de los posibles riesgos, la adenoidectomía es un procedimiento bastante efectivo y seguro.

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