Estados de ánimo que atentan contra las dietas efectivas para adelgazar
No siempre comemos cuando tenemos hambre; de hecho, existen decenas de factores que nos compulsan a comer y que no tienen ninguna relación con ese estado de carencia fisiológica. Las emociones son uno de estos factores. No obstante, todas las emociones no nos compulsan a comer sino generalmente aquellas que poseen una valencia negativa.
Dentro de las emociones que atentan contra las dietas para adelgazar pueden encontrarse:
– La ira. Muchas de las personas que sienten ira hacia sí mismas terminan ahogando estos sentimientos en la comida pues ésta se convierte en una vía de escape para desahogar el mal que se experimenta hacia sí.
– La desesperanza. Cuando las personas llegan a convencerse de que “nada importa” y de que “todo está perdido”; entonces es común que se opte por la comida (fundamentalmente la comida chatarra) buscando una forma de sentirse mejor. De hecho, esto sucede porque la comida chatarra realmente activa los centros cerebrales del placer. No obstante, ésta no es una buena excusa ni es una estrategia adecuada para resolver la desesperanza.
– La falta de control. Cuando se experimenta la sensación de falta de control las personas usualmente se aferran a la comida como la única cosa que pueden hacer en el momento que deseen. Es como si comer fuera la única actividad de su vida sobre la cual pudieran ejercer el control, cayendo en el truco de perder el control precisamente en otra área de sus vidas.
– El aburrimiento. Cuando no hay nada que hacer muchas personas se dejan llevar por el placer de comer. Así, comer es una forma para invertir el tiempo y no sentirse solos.
– La ansiedad. Probablemente ésta sea la emoción que más afecte las dietas para perder peso. La ansiedad es una emoción que provoca angustia y un estado de zozobra cuyas causas muchas veces se desconocen. Así, muchas personas canalizan la ansiedad a través de la comida.
Para mantener las dietas efectivas para adelgazar que nos hayamos propuesto es importante aprender a detectar las emociones y concientizar el hecho de que comer no resolverá la problemática sino de manera momentánea.