Entrada en calor en el gimnasio
Hemos visto que uno de los errores más habituales que las personas cometen a la hora de entrenar es el de no dedicarle un momento a la correcta entrada en calor. Sin embargo, algunas personas se alinean en el otro extremo y cometen igualmente un error: el de hacerla demasiado extensa o en forma incorrecta. Veamos como debería ser una entrada en calor en el gimnasio.
Es radical la diferencia entre la entrada en calor para un trabajo con sobre carga que para un trabajo aeróbico. Se debe a que en estos tipos de entrenamientos se trabajan metabolismos distintos y fibras musculares distintos. Esta diferencia es muy importante, ya que allí radica saber como calentar.
Muchas personas que van a realizar un trabajo anaeróbico en el gimnasio, en el cual emplearán las fibras glucolíticas o blancas I, calientan de un modo opuesto al que entrnarán. Es decir, dedican 30 minutos al trabajo cardiovascular. Esto no hace más que fatigar nuestros músculos innecesariamente, sin activar el matebolismo que deseamos.
Es bueno hacer unos 10 minutos de cardio previos para aumentar paulatinamente la temperatura del cuerpo y aumentar la movilidad de los músculos. Pero más allá de eso el trabajo será contraproducente.
Luego de algunos minutos de movilidad, puedes incluir estiramientos. Y será imprescindible que no descuides los abdominales y espinales, ya que si trabajas estos músculos en un principio puedes calentar la musculatura de sostén, fundamental para mantener la postura en muchos de los ejercicios.
También es recomendable, si trabajas con cargas elevadas, dedicar dos series de los principales ejercicios al calentamiento. Es decir, si vas a hacer sentadillas de 8 repeticiones con el 70% del peso, suma dos series antes, pero con una carga muy liviana (un 40% aproximadamente). No es necesario que vuelves a hacer estas series de calentamiento específico antes de cada uno de los ejercicios, pero si cuando trabajes un nuevo grupo muscular.