El tratamiento de la hemofilia: Nuevas perspectivas

En las investigaciones actuales sobre la hemofilia aún no se ha podido determinar una cura efectiva que prevenga la presentación de las hemorragias favoreciendo la potenciación de los factores de coagulación. Sin embargo, existen varios tratamientos orientados a la corrección de la tendencia hemorrágica, que se han venido implementando en los últimos años con resultados favorables.

En este sentido, uno de los mayores logros en el tratamiento de la hemofilia es el tratamiento sustitutivo. Antiguamente la obtención de los factores de coagulación a partir del plasma humano era un procedimiento peligroso debido a que existía la posibilidad de transmitir algunas enfermedades como el virus del VIH. Esto supuso retroceso significativo en el tratamiento de la hemofilia, lo que repercutió directamente en la calidad de vida de las personas con este trastorno.

Sin embargo, a mediados de la década de los ‘80 se comenzaron a introducir nuevos métodos de inactivación viral en los concentrados liofilizados, convirtiéndolos en productos más seguros y fiables para el tratamiento. Actualmente, su uso como tratamiento hemofílico ha ganado gran reconocimiento y resulta de gran ayuda, sobre todo en las situaciones de emergencia.

Por su parte, el desarrollo de la ingeniería genética también ha hecho posible la puesta en marcha de otros tratamientos al potenciar la elaboración de preparados más puros de los factores de coagulación sin necesidad del plasma humano, sólo a partir de células cultivadas en laboratorio. Esta línea de investigación no descarta que en un futuro se pueden introducir genes en determinadas células del paciente de manera que se combinen con el material genético existente y aporten la información necesaria para la fabricación de la proteína defectuosa. Vale aclarar que aunque este tratamiento aún no se ha generalizado en la práctica clínica, en los ensayos de laboratorio ha mostrado resultados esperanzadores.

Por otra parte, en el tratamiento de la hemofilia también propone la fisioterapia profiláctica, de manera que se prevengan las lesiones músculo-esqueléticas que pueden estar provocadas por una deficiente condición física. Esta terapia actuaría sobre las inflamaciones musculares y permitiría recuperar la función perdida después de haber sufrido una lesión. De hecho, la fisioterapia es esencial para prevenir una de las más graves afecciones hemofílicas: las afectaciones articulares.

Como puede apreciarse, aún no existe un tratamiento que pueda curar la hemofilia pero el empleo de las terapias sustitutivas ha aumentado notablemente las expectativas de vida de las personas que padecen este trastorno, mejorando considerablemente su pronóstico.

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