Desmontando mitos sobre el cáncer
Históricamente han existido algunos mitos sobre el cáncer que han conllevado a que las personas asuman esta enfermedad estando llenos de interrogantes y de dudas. Por ello, proponemos aclarar algunas de estas cuestiones.
En primer lugar debe puntualizarse que al contrario de lo que muchos piensan, el cáncer no es contagioso, no se transmite de una persona a otra a no ser que medie un procedimiento médico en el cual se inserten células cancerosas en un organismo completamente sano.
Respecto al carácter hereditario del cáncer, no está comprobado que el cáncer sea hereditario; sobre todo en lo que se refiere a todos los casos y los diferentes tipos de cáncer. De esta manera, se conoce que la mayoría de los casos de cáncer ocurren en las personas que no poseen antecedentes familiares de cáncer, aunque existen algunos tipos particulares de cáncer que se desarrollan con mayor frecuencia en ciertas familias, como es el caso del cáncer de piel o melanoma, el cáncer de mama, de ovario, el cáncer de próstata y de colón.
Sobre el tratamiento, muchas veces se piensa que todas las personas que poseen el mismo tipo de cáncer deben tener la misma terapia de curación, pero realmente esto no es así. El tratamiento depende del tipo de cáncer que tiene la persona, pero también del área del cuerpo donde se localiza, de cuanto se ha diseminado en el cuerpo, del estado de salud del paciente y de otros factores circunstanciales que orientan una u otra terapia.
Además, no siempre que se padece de cáncer se siente dolor, por ello es importante que frecuentemente se realice un estudio preventivo para determinar la existencia o no de células cancerosas, de manera que pueda detectarse en una etapa temprana de evolución.
Muchos piensan que existen algunos remedios a base de hierbas para curar el cáncer, pero hasta el momento no se ha comprobado científicamente que la terapia natural pueda curar el cáncer. Además, en algunos casos la combinación de algunas hierbas con la quimioterapia u otras terapias de curación pueden impedir que éstas funcionen adecuadamente provocando efectos secundarios no esperados.
Lo ideal es consultar siempre a su médico y someterse a estudios sistemáticos.