Delgadez y salud no son sinónimos: La grasa oculta
Una creencia popular muy extendida hace referencia a que la delgadez no solo es sinónimo de belleza sino también de salud. Sin embargo, lo cierto es que una persona delgada no es necesariamente una persona sana. O al menos esas son las conclusiones a las que llegó el profesor Jimmy Bell del Imperial College de Londres hace ya algunos años y que han sido corroboradas recientemente por investigadores de la Universidad de Carolina del Sur.
Las apariencias engañan
En el año 2007 Jimmy Bell puso en marcha un estudio en el que pretendía descubrir dónde se acumulaba la grasa en la mayoría de las personas. Reclutó a casi 800 personas, las cuales se sometieron a pruebas de resonancia magnética que desvelaban la grasa oculta. Así este investigador pudo apreciar que el 45% de las mujeres y el 60% de los hombres que tenían un índice de masa corporal normal, tenían niveles de grasa interna elevados.
A partir de ese momento se abrió un gran debate pero este no trascendió la comunidad científica hasta hace poco. Y es que ser delgado no implica tener menos grasa. De hecho, lo cierto es que el exceso de grasa interna es tan peligroso como la grasa que se acumula debajo de la piel pues también puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y otros trastornos metabólicos.
Los falsos delgados
Recientemente investigadores norteamericanos han vuelto a retomar el tema de la delgadez y sus riesgos ocultos. Además de confirmar la existencia de grasa visceral en muchas personas delgadas, se descubrió que el problema radica en que las personas con menos masa corporal no tienen dónde almacenar el exceso de grasa por lo que esta termina acumulándose alrededor de los órganos internos. Al contrario, en las personas que tienen algunos kilos de más, esa grasa se acumula debajo de la piel.
Además, estos investigadores señalaron que todo es cuestión de estilos de vida pues existen algunos factores que pueden determinar en qué sitio se formará la grasa, como la carencia de músculos tonificados, los alimentos de la dieta, el hábito de fumar, los índices de colesterol e incluso la hipertensión arterial.
La buena noticia es que tanto la grasa externa como la interna se pueden eliminar con relativa facilidad pero no basta con seguir una dieta, también es necesario practicar deporte para fortalecer los músculos.
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