¿Cómo lograr que los niños se hidraten en verano?

niño bebiendoLos niños, al igual que los adultos, necesitan tomar abundante agua a lo largo del día para mantenerse bien hidratados, sobre todo en verano cuando las altas temperaturas son más altas. Sin embargo, la mayoría de los niños mientras están entretenidos en otras actividades, no se percatan siquiera cuando tienen sed. Por eso los padres deben estar más atentos a la adecuada hidratación de sus hijos.

Y es que mantener al niño hidratado es fundamental para su salud pues el agua favorece el transporte de nutrientes a las células, así como la eliminación de los desechos a través de la orina, las heces y la transpiración. Asimismo, una adecuada hidratación ayuda a reducir el riesgo de estreñimiento, a la vez que mantiene lubricadas las articulaciones, tendones y mucosas, lo cual previene dolores articulares, musculares y las infecciones respiratorias.

Además, en época de verano, una buena hidratación propicia la termorregulación corporal ya que absorbe el calor y lo libera mediante la transpiración, una función vital para que el niño pueda desarrollar sus actividades veraniegas. De esta manera, intentar que el niño tome abundante líquido durante el día es esencial para que se mantenga saludable.

5 consejos para hidratar al niño en verano

1. Dale abundante líquido a lo largo del día. No esperes a que el niño tenga sed para ofrecerle líquido pues por lo general, la sed es un signo que indica que la deshidratación ya ha comenzado. Por eso, aunque dejes a su alcance alguna bebida natural por si siente sed, es conveniente que te mantengas atenta y lo incites a tomar algo si notas que tarda demasiado en hidratarse.

2. Ofrécele otras bebidas además de agua. El agua es la bebida ideal para calmar la sed e hidratar al cuerpo, sin embargo, a la mayoría de los niños no les gusta tomarla porque la encuentran insípida. En este caso, es conveniente tener a mano otras bebidas que también le hidraten y le resulten más agradables, como los zumos naturales, las bebidas refrescantes sin gas o los batidos de leche y frutas.

3. Ofrécele alimentos ricos en agua. Las frutas y verduras frescas son una opción excelente para las meriendas del niño pues además de ayudar a hidratarlo también le aportan numerosos nutrientes que son necesarios para su actividad cotidiana.

4. Dale bebidas refrescantes. Si le ofreces al niño agua o cualquier otra bebida demasiado fría, es posible que no termine de tomarla porque las bebidas muy frías tienden a saciar rápidamente la sed. Por eso, es preferible que le des las bebidas a una temperatura refrescante pero no demasiado fría, aproximadamente entre los 8 y 15 grados centígrados, de manera que tome abundante líquido.

5. Evita ofrecerle bebidas azucaradas. Por lo general, las bebidas azucaradas tienen un efecto diurético residual que hace que el organismo pierda líquido en vez de retenerlo. Por tanto, evita este tipo de bebidas.

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