¿Cómo evitar la flacidez del rostro?
Cuando llega cierta edad, la piel pierde un poco su elasticidad y adquiere un aspecto flácido. Aunque se trata de un proceso natural que no podemos detener, sí podemos reducir su avance echando mano a ciertos hábitos y trucos que nos permitirán mantener un rostro firme durante mucho más tiempo.
De hecho, debemos puntualizar que la flacidez en la piel del rostro no solo se debe al paso de los años sino también a deficiencias nutricionales o a un estilo de vida inadecuado. Comer demasiados alimentos azucarados y procesados así como llevar una vida sedentaria son dos de los factores que aceleran este proceso. El estrés, la exposición prolongada al sol sin tomar las medidas de protección pertinentes y los estados depresivos o de tensión que se mantienen a lo largo del tiempo también causan estragos en nuestra piel.
¿Qué hacer?
En primer lugar, ten presente que ninguna crema o tratamiento tienen efectos milagrosos, sobre todo si no tenemos un cuerpo sano. Por eso, para combatir la flacidez de la piel, el primer paso es depurar nuestro organismo de todas las toxinas, grasas y demás desechos que se producen. Para ello puedes echar mano a las dietas depurativas, casi todas a base de frutas como la piña, las uvas, el té verde y el agua.
El segundo paso es excluir de nuestra dieta cotidiana todos aquellos alimentos que aceleran el proceso de envejecimiento de la piel. ¿Cuáles son? Los embutidos, los alimentos procesados como la bollería industrial, las comidas elaboradas con mucha harina refinada y azúcar así como los alimentos fritos. En su lugar debes incluir aguacates, miel de abeja, zanahorias, arándanos, alimentos ricos en vitamina C y frutos secos…
El tercer paso consiste en aprender a lidiar con el estrés. No es un secreto para nadie que los estados emocionales negativos se reflejan en nuestra piel y, a la larga, terminan dañándola. Por tanto, aprende técnicas de relajación o meditación, no solo te lo agradecerá tu piel sino tu salud en sentido general.
El último paso consiste en los ejercicios para tonificar los músculos del rostro. Por ejemplo, puedes darte un masaje facial simplemente dándote golpecitos con los dedos índice, anular y medio sobre toda la cara. Esto servirá para activar la circulación sanguínea y reafirmar los tejidos.
También puedes hacer una pequeña rutina diaria, que incluye inflar tus mejillas presionando con los dedos índice y medio y abrir la boca tanto como puedas y pronunciar muy lentamente las vocales. Estos ejercicios los debes repetir al menos cinco veces al día.
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