¿Cómo engañar al cerebro para promover la sensación de saciedad?
El apetito y la saciedad no son sensaciones que están provocadas únicamente por la cantidad de comida que se ha consumido. En los últimos años se han realizado una serie de estudios que demuestran que en nuestro apetito inciden numerosos factores, desde el color del entorno donde nos encontramos hasta la música de fondo. Por tanto, engañar al cerebro para promover la sensación de saciedad es mucho más fácil de lo que podrías suponer. Solo tienes que conocer los trucos adecuados.
Investigadores de la Universidad de Yale reclutaron a una serie de personas para que participasen en un experimento muy peculiar. El objetivo era muy sencillo: determinar hasta qué punto conocer la cantidad de calorías puede incidir en la sensación de saciedad.
Ni cortos ni perezosos, estos investigadores les pidieron a los participantes que consumiesen una bebida. La clave radicaba en que se trataba de la misma bebida, solo que en algunos vasos se indicaba que contenía 620 calorías y en otros tan solo 140 calorías. En realidad, las bebidas aportaban 380 calorías pero ninguno de los participantes lo sabía.
¿Qué sucedió?
La sorpresa fue que el cuerpo de las personas respondía de manera diferente ante ambas bebidas. Cuando los participantes pensaban que habían ingerido una bebida con muchas calorías se apreció una fuerte caída de la grelina, que es la hormona que nos hace sentir hambre. Al contrario, en aquellos que pensaban que estaban tomando una bebida “saludable”, los niveles de grelina se mantuvieron estables, lo cual significaba que tenían hambre después de haber terminado.
¿Qué significa esto?
Ante todo, que la sensación de apetito no siempre es 100% real sino que está determinada por factores que a veces escapan de nuestra conciencia. Por ejemplo, también se ha descubierto que la música jazz estimula el apetito y que los colores intensos, como el rojo y el naranja, nos hacen sentir más hambre.
Obviamente, si estás siguiendo una dieta para perder peso, puedes usar este conocimiento a tu favor e intentar eliminar de tu vida cotidiana todos esos estímulos que incentivan el apetito. Por supuesto, también se recomienda que te fijes en las calorías.
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