Causas de la muerte súbita
La muerte súbita, como su nombre lo indica, se presenta de forma inesperada, muchas veces debido a una enfermedad o en ocasiones por causas desconocidas. En los Estados Unidos la muerte súbita afecta a una persona cada mil habitantes, una incidencia muy elevada.
Según los especialistas, el 85% de las muertes súbitas puede explicarse debido a problemas cardíacos. Cuando la persona es menor de los 30 años generalmente existe una cardiopatía congénita mientras que si sobrepasa esta edad se hace referencia a una cardiopatía isquémica.
Dentro de las causas de la muerte súbita la más común es el infarto agudo de miocardio que, debido al estilo de vida sedentario que se ha adoptado en los últimos años, se presenta cada vez en edades más tempranas. En los hombres es usual que aparezca alrededor de los 45 años mientras que en las mujeres se evidencia aproximadamente a los 65 años.
Otra de las causas de la muerte súbita son los aneurismas. El aneurisma es una dilatación de una arteria en cualquier parte del cuerpo, si bien las más comunes y mortales se ubican en el cerebro y la aorta. Cuando la dilatación supera el 50% del diámetro normal de la arteria se produce una ruptura de la misma que podría no tener consecuencias letales si la persona es atendida a tiempo y el daño no es tan grave.
Generalmente los aneurismas tienen un gran componente genético, sobre todo si se presenta en personas jóvenes, pero en el caso de las personas adultas, casi siempre se debe al estilo de vida sedentario y una alimentación inadecuada que provocan numerosas enfermedades.
Por último, la muerte súbita también es una problemática común entre los deportistas. Debe destacarse que no se debe al deporte en sí sino a que la persona se sometió a un gran esfuerzo teniendo una predisposición genética, como por ejemplo, a los aneurismas.
Los síntomas de la muerte súbita resultan muy evidentes ya que la persona padece una pérdida del conocimiento donde cada minuto que transcurre es crucial para salvarle la vida. De hecho, se afirma que con cada minuto que pasa la persona pierde el 10% de las probabilidades de sobrevivir ya que los daños cerebrales podrían ser irreversibles.