Cálculos renales: La acción del agua y el calcio

Así, se pudo evidenciar que el 20% de las mujeres que más calcio ingerían (cerca de 800 miligramos al día) poseían un 28% menos de probabilidades de desarrollar cálculos renales en comparación con el 20% de las mujeres que consumían una cantidad de calcio menor. De la misma forma, se demostró que las que más agua bebían al día (cerca de1,5 litros) tenían un riesgo menor de tener cálculos renales.
Por el contrario, se encontró que un mayor consumo de sodio se relacionaba con un riesgo mayor de desarrollar cálculos en los riñones. En otras palabras, consumir mucha sal y productos que la contengan aumenta las probabilidades de desarrollar un cálculo. De hecho, las mujeres que más sal ingerían eran un 61% más propensas a desarrollar este problema.
Al respecto, los investigadores alertan sobre la costumbre que tienen los pacientes con cálculos renales de suspender los productos ricos en calcio. Así, puntualizan que mantener un consumo habitual de lácteos y de suplementos con calcio es mucho más beneficioso para todo el organismo que suspenderlos drásticamente.
También exhortan a las mujeres que necesitan ingerir más calcio para proteger sus huesos a que lo consuman junto con las comidas ya que así se mitiga el efecto del calcio sobre los cálculos renales.
Obviamente, el producto prohibido es la sal. No solo porque potencia la aparición de cálculos sino porque también incide en la aparición de otras enfermedades como la hipertensión arterial.