Alergias alimentarias: Las etiquetas de advertencia

Para arribar a estos resultados los investigadores reunieron a más de 2.400 voluntarios. Algunas de estas personas padecían de alergias alimentarias pero otras no. Todas rellenaron un formulario en el cual indicaban sus hábitos de compra relacionados con los productos alimentarios.
De esta manera, el equipo de investigación detectó una tendencia bastante contradictoria: se observó que aquellos participantes en cuyos hogares había una persona con alergia alimentaria eran más propensos a ignorar las etiquetas de advertencia que aquellos participantes que no estaban relacionados directamente con pacientes que padecían de alergias alimentarias. Por el contrario los voluntarios que pertenecían a organizaciones no gubernamentales eran los que mayor atención prestaban a las advertencias en el momento de comprar los alimentos.
En este sentido, se apreció que un 44% de los participantes que se relacionaban con alguien que padecía de alergia alimentaria refirió comprar el producto a pesar del contenido de las etiquetas, mientras que sólo el 10% de los participantes de las organizaciones no gubernamentales y el 16% de los que no se relacionaban con personas afectadas comentó que compraría el producto sin considerar la información incluida en la etiqueta de advertencia.
Obviamente, como no se puede obligar a estas personas a leer las etiquetas, los investigadores sugieren que los productores cambien el diseño de las mismas en aras de enviar mensajes más directos y visibles.