¿Qué es una dieta macrobiótica?
La dieta macrobiótica es una dieta antigua que se sustenta fundamentalmente en los principios naturales descritos en la filosofía Zen-Budista. Sus características se basan esencialmente en el mantenimiento de reglas de vida que se orientan a una alimentación sana en armonía con la naturaleza, absteniéndose de comer los alimentos posiblemente adulterados.
En este tipo de dieta deben suprimirse los alimentos industriales, así como las frutas y verduras cultivadas con abonos químicos. Deben consumirse preferentemente las verduras de estación, evitando los alimentos procedentes de países lejanos a donde se vive, así como las hortalizas Yin como las berenjenas, tomates y patatas.
Tampoco se permite ingerir bebidas como el café, o especias e ingredientes químicos, reduciéndose al máximo la ingesta de líquidos. Por su parte, se recomienda el consumo de cereales, los que deben masticarse por lo menos 50 veces.
Este sistema consiste en una serie de diez dietas que se distribuyen desde la menos tres a la más siete. Las cinco primeras incluyen cantidades decrecientes de alimentos de origen animal, mientras que las cinco últimas son totalmente vegetarianas y contienen cantidades crecientes de granos y cereales.
Como puede presuponerse, cuando la dieta llega a centrarse totalmente en los cereales, tiende a ser mucho más desequilibrada y pueden aparecer notables insuficiencias que en algunos casos pueden llegar a provocar enfermedades.
Dentro de las problemáticas que puede provocar la dieta macrobiótica se mencionan:
– Carencia de vitaminas A, D, C y B12 y de caroteno asociados al escorbuto debido a la falta de vitamina C y a la hipoproteinemia (déficit de proteínas).
– Bajos índices de calcio y hierro que pueden ocasionar casos de anemia, hipocalcemia (deficiencia de calcio)
Por otra parte, en los niños este tipo de dieta puede provocar un retraso en la estatura y el peso, además de carencias minerales y de vitaminas conduciendo al raquitismo o síndrome de Biermer. Esto sucede porque las proteínas que se ingieren durante esta dieta se emplean como fuente energética y no para la construcción de tejidos.
Es por ello que aunque se le considera como una dieta sana, no resulta saludable para el organismo humano debido a la escasez de nutrientes que posee, por lo que su práctica no es recomendada por los especialistas en nutrición.