Tres tratamientos para la cara
La piel es el órgano más sensible del cuerpo y también uno de los que se encuentra más expuestos ya que no sólo se afecta por la dieta que asumimos sino también por la contaminación ambiental y los cambios de temperatura. La piel del rostro es altamente sensible; por ello, debemos prestarle una atención especial. Afortunadamente existen diversas formas de cuidar y mimar la piel; los tratamientos para la cara más conocidos y fácilmente utilizables son: la exfoliación, las máscaras faciales y la limpieza facial.
La exfoliación es un procedimiento mediante el cual se eliminan las células muertas (las principales responsables de eliminar el brillo natural de la piel) y le confiere a la piel un aspecto saludable, natural y más suave. De la misma forma, este procedimiento saca a la luz las nuevas células y permite el crecimiento de las mismas.
Evidentemente, realizar una exfoliación cada cierto tiempo tiene sus beneficios pero es importante realizarla con cuidado, sobre todo si se posee una piel en extremo sensible o muy fina. Si la exfoliación se realiza de manera demasiado profunda y ruda, también pueden irritarse las capas internas de la piel. Debido a esto, lo mejor es optar por los métodos de exfoliación más suaves y naturales.
Las máscaras faciales son una limpieza profunda que remueve todos aquellos productos que cierran los poros. Una máscara realmente buena debe nutrir, hidratar y brindar los minerales que la piel ha perdido. Si se trata de una máscara tonificante entonces debe tenerse cuidado de no secar demasiado la piel. Además, debe tomarse la medida adecuada de los ingredientes de las mismas ya que usualmente las máscaras para pieles secas terminan propiciando un exceso de grasas.
Cuando las máscaras faciales son adecuadas, le confieren a la piel un aspecto suave, tonificado y saludable pero es importante elegir aquella composición que sea adecuada para el tipo de piel.
Las limpiezas faciales se dirigen a hidratar y renovar la piel. Son un tratamiento para la cara que disminuye las manchas, combate el acné y las arrugas y restaura la humedad. En este caso cada tratamiento será diverso en función de la edad, el tipo de piel y los objetivos que se persigan. Aunque en los últimos tiempos uno de los más solicitados es la aromaterapia, donde se mezclan aceites naturales que tienen propiedades curativas para descongestionar la piel y mejorar sus funciones.