La salud de la piel
¿Sabías que la piel es el órgano más grande que poseemos y también aquel que se expone a más agentes tóxicos? Además, una piel que no se encuentra totalmente limpia puede convertirse en un terreno fértil para el crecimiento de organismos patógenos que pueden ser la causa de diferentes enfermedades. El sudor, las células muertas y el polvo son agentes que se conjugan y que pueden dar lugar a problemas en la salud de la piel. La solución es muy sencilla: mantener limpia la piel.
No obstante, cuando se hace referencia a mantener limpia la piel normalmente pensamos que con una cantidad de agua y jabón suficiente resolvemos el problema. Sin embargo, no es así. Una limpieza a fondo de la piel depende en gran medida de cuán profundamente la conocemos y del uso de los productos más adecuados.
En el caso de las personas que tengan una piel normal, con una textura suave y los poros minúsculos, simplemente deberán emplear un jabón normal y una crema hidratante que les permita reponer la humedad y mantener el equilibrio natural de la piel.
Quienes tengan una piel grasa, con tendencia al acné y a desarrollar puntos negros, necesitarán una limpieza con un jabón suave no alcalino y posteriormente deberán aplicar una loción tonificante que les permita destapar y apretar a la misma vez los poros. Después de haber tonificado la piel, se aplicará una crema hidratante ligera que ayude a eliminar los efectos demasiado secantes y agresivos del jabón. En el caso de que se deban tratar los puntos negros, pueden utilizarse productos naturales como las cebollas, el ajo, los jugos de vegetales, la levadura, el azufre, el alcanfor y otras hierbas aplicadas en forma de cataplasmas.
Quienes tienen la piel seca, generalmente caracterizada por ser muy fina y transparente, deben saber que muchas veces el jabón tiene un efecto secante por lo que se recomienda utilizar cremas limpiadoras en aras de prevenir futuros daños en la piel. Casi todas las cremas que contengan vitamina E, miel, leche, huevo o aloe vera son excelentes aliadas.
Como puede apreciarse, si bien la limpieza de la piel necesita diferentes cuidados según su tipo; la esencia se centra en mantener una piel limpia y adecuadamente hidratada, intentando alcanzar un punto medio entre el exceso de grasa o la sequedad excesiva.