Resistencia a la pérdida de peso: ¿Por qué no adelgazo?
Es muy común escuchar a personas lamentarse porque después de haber perdido unos cuantos kilos con relativa facilidad, después parecen estancarse en un peso. Este es un proceso perfectamente normal. Por ejemplo, cuando comenzamos en el gimnasio en el primer mes podemos perder peso pero posteriormente la pérdida de peso se hace muy lenta y es necesario aumentar la cantidad de ejercicio físico. Otro tanto sucede con la dieta.
Para comprender este mecanismo debemos saber que nuestro cuerpo almacena energía en forma de grasa. Este almacenaje nos permite continuar con nuestra actividad diaria aún si no ingerimos alimentos ya que nuestras células poseen una reserva de la cual adquieren los nutrientes y la energía que necesita.
Cuando nos sometemos a una dieta, obligamos al organismo a consumir una parte de estos depósitos de grasa, así perdemos peso pero también rompemos de cierta forma el equilibrio natural que había establecido nuestro organismo; obligándolo a desarrollar otra homeostasis. Así, puede llegar un momento en que nuestro cuerpo pone en marcha un mecanismo que bloquea la pérdida de peso ya que se siente agredido.
Esta agresión puede evidenciarse a nivel físico, cuando presentamos un déficit excesivo de alimentos de forma prolongada; o a nivel psicológico, cuando por ejemplo, nos obsesionamos con el peso y ponemos en marcha un mecanismo de defensa para protegernos.
Este bloqueo de la pérdida de peso puede ser temporal o adquirir un carácter más permanente hasta que el organismo restablezca un nuevo equilibrio y nos permita nuevamente consumir las reservas de grasas. No obstante, debemos ser particularmente cuidadosos con asumir las dietas y luego abandonarlas ya que se han descrito una gran variedad de mutaciones cromosómicas en personas que realizan dietas permanentes y de forma intermitente, de forma que se desarrolla una variación genética que nos hace resistentes a la pérdida de peso.
Para evitar la resistencia al peso se debe realizar una dieta moderada y continua; pues sólo con el paso del tiempo puede alcanzarse el peso ideal si los kilos que debemos perder son muchos.