Refrescos de cola: ¿Más sombras que luces?

refrescos de colaLos refrescos de cola son una de las bebidas más consumidas en la actualidad. Su contenido se basa esencialmente en: agua carbonatada, azúcar y diferentes aditivos alimentarios como los colorantes, los conservantes y los saborizantes. Una lata de refresco de cola (de 330 mililitros) aporta unas 140 calorías y contiene entre 30 o 35 gramos de azúcar, el equivalente a unos seis terrones pequeños.

No obstante, lo que diferencia a la cola del resto de los refrescos gaseados es que estos poseen cafeína, una sustancia excitante del sistema nervioso central. Si la cafeína se bebe con moderación (unos 200 miligramos) se puede disfrutar de sus efectos positivos como el hecho de ser un tónico cardiaco, que además favorece el trabajo intelectual y la actividad muscular. No obstante, si se consume cafeína en exceso (entre 400 y 600 miligramos diarios) las consecuencias para la salud son muy perjudiciales ya que puede provocar insomnio, ansiedad e incluso temblores.

Una lata de refresco de cola contiene entre 40 y 55 miligramos de cafeína; por lo tanto, es aconsejable consumirlos con moderación, sobre todo en el caso de los niños y las personas con hipertensión arterial.

También debe acotarse que los refrescos de cola contienen ácido fosfórico y cantidades excesivas del mismo pueden conducir a la desmineralización del hueso; razón por la cual no se recomienda abusar de este tipo de bebidas. Otro factor a tener en cuenta para disminuir su ingesta es que los refrescos de cola aportan calorías “vacías”, llamadas así porque no aportan ningún valor nutritivo al organismo.

Así, aunque cantidades normales de refrescos de cola no son perjudiciales para la salud, lo mejor es consumir estas bebidas de manera ocasional. Tampoco puede olvidarse que las variedades Light de estos refrescos si bien no presentan calorías, azúcar o cafeína; siempre contienen el ácido fosfórico por lo que también deben consumirse de manera prudente.

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