¿Quieres vivir más? La clave es el optimismo

optimismoVivir muchos años es un privilegio reservado a pocas personas; de hecho, las estadísticas estiman que en España solo alrededor de 10.000 personas superan los 100 años de edad. Sin embargo, aunque el secreto para vivir más años no se ha podido desvelar, los especialistas están convencidos de que la herencia genética es la principal responsable de la longevidad pues determina hasta el 75% de las probabilidades de vivir más. Y es que según apuntan las investigaciones más recientes del Centro Médico de la Universidad de Boston, la genética no solo está vinculada a la resistencia física sino también a algunos factores de personalidad, como el optimismo, la autoestima y la sociabilidad, que resultan esenciales para llevar una vida más larga.

Los resultados no mienten

Investigaciones recientes realizadas en la Universidad Yeshiva, en Estados Unidos, apuntan que algunos factores de la personalidad, que dependen en buena parte de la genética, son imprescindibles para alargar la vida. Llegaron a estas conclusiones luego de analizar las condiciones de vida de un grupo de judíos de más de 95 años, que eran genéticamente similares. De esta manera, los científicos encontraron que algunos aspectos de la personalidad como el optimismo, la tolerancia y la extroversión son esenciales para vivir más.

Los investigadores explican que la razón es muy simple: las personas optimistas y extrovertidas suelen mantener mejores hábitos de vida, se alimentan de una forma más sana y practican más ejercicio físico que el resto. Además, ser optimista también es un buen antídoto contra la depresión, una alteración emocional que aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades y que reduce considerablemente la esperanza de vida.

Sin embargo, estos no son los únicos resultados que relacionan al optimismo con la longevidad. Otros investigadores, esta vez de la Universidad de Rush, también en Estados Unidos, encontraron que la actividad social frecuente ayuda a prevenir el deterioro cognitivo propio del envejecimiento y, por tanto, alarga los años de vida y mejora la calidad de estos. Obviamente, la sociabilidad es un factor de la personalidad íntimamente relacionado con el optimismo y la extroversión, que también tiene un componente genético importante.

De esta manera, los investigadores hallaron que las personas más extrovertidas y sociables tenían un 75% menos de declive cognitivo que sus coetáneos. Se piensa que esto se debe al hecho de que llevar una vida social más activa estimula las redes neuronales y evita que estas se deterioren con rapidez.

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