Propiedades del orégano
En la cultura griega el orégano era una planta privilegiada conocida con el sobrenombre de “alegría de la montaña”. De hecho, esta hierba ha sido una de las favoritas para condimentar los platos de las diversas culturas mediterráneas durante un buen tiempo. No obstante, más allá de su potente sabor, el orégano también es una de las especies más saludables para nuestro organismo.
Los estudios científicos afirman que el aceite de orégano puede ser utilizado como un antibiótico para prevenir diversas enfermedades. Vale puntualizar que si optamos por un frasco de orégano seco del supermercado, las propiedades del orégano habrán desaparecido casi por completo; por lo que se recomienda elegir el orégano fresco en rama.
Hoy por hoy se conoce que el aceite de orégano aniquila los parásitos, los virus, las bacterias y algunos tipos de hongos, actuando además como un antihistamínico natural.
El ingrediente principal del aceite de orégano es el carvacrol, un potente antimicrobiano que se utiliza para conservar los alimentos y que brinda cierta protección contra el moho y otras bacterias comunes. El segundo ingrediente más activo de este aceite es el timol, que actúa como un fungicida y es utilizado para combatir el mal aliento siendo un componente de la mayoría de los productos de enjuague bucal; además, es capaz de prevenir el deterioro de los tejidos y promueve el crecimiento de los nuevos.
El resto de los ingredientes contenidos en el aceite de orégano fortalece su acción antibacteriana, previene el daño causado por los radicales libres, actúa como un alergeno y bloqueante e inhibe el crecimiento de las células cancerosas.
Además, el aceite de orégano también contiene calcio, potasio, zinc, boro, hierro y vitaminas A, C y E. Así, se ha demostrado que el mismo puede ayudar a la regeneración de las células del hígado y es útil para tratar la colitis, abscesos, y el edema. En este sentido, se continúan las investigaciones para crear un compuesto a base de orégano que pueda ayudar a prevenir el cáncer o actuar allí donde se ha producido el daño celular.
Finalmente, debe puntualizarse que aquellas personas que son alérgicas al tomillo, la albahaca, la menta o la salvia, probablemente también lo sean al orégano por lo que no deben consumirlo ya que puede provocar erupciones cutáneas y vómitos. Además, el aceite de orégano también puede reducir la asunción de hierro por lo que se aconseja tomar suplementos de hierro; debido a esto, las mujeres embarazadas no deben tomar el aceite de orégano regularmente.