Abrazos saludables: Los beneficios de ceder ante los abrazos
Un abrazo suele ser el remedio más eficaz cuando estamos tristes, angustiados o temerosos. Es cierto que no soluciona nuestros problemas pero puede convertirse en una fuente importante de apoyo en los momentos más difíciles. También es un gran aliciente cuando nos sentimos felices y queremos sentir en carne propia el cariño de quienes amamos. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que los abrazos no solo son un buen remedio para el estado de ánimo, sino que además reportan numerosos beneficios para nuestra salud en sentido general.
7 razones para dejarte abrazar
1. Reduce el estrés y la ansiedad. El contacto físico y, en particular, los abrazos reducen la producción de cortisol, la hormona del estrés. A su vez, estimula la segregación de dopamina y serotonina, dos hormonas relacionadas con la sensación de tranquilidad y bienestar.
2. Disminuye el riesgo de desarrollar demencia. Los abrazos estimulan las conexiones neurales y la liberación de neurotransmisores que mejoran la función cerebral, a la vez que equilibran el sistema nervioso y ofrecen tranquilidad emocional. Sin duda, son un ejercicio excelente para prevenir la demencia.
3. Previene el envejecimiento. Se ha demostrado que los abrazos estimulan la transportación de oxígeno a los tejidos, lo cual ayuda a nutrir a las células del cuerpo previniendo el proceso de oxidación celular. Como resultado las células tardan más en morir y envejecemos más lento.
4. Regula la presión arterial. Al dar o recibir un abrazo, las terminaciones nerviosas de nuestro cuerpo se activan y estimulan los Corpúsculos de Pacini, unos receptores epidérmicos que intervienen en la regulación de la presión arterial.
5. Reduce el riesgo de enfermedades del corazón. Expertos de la Universidad de Carolina del Norte afirman que al recibir o darles abrazos a las personas que amamos aumentan los niveles de oxitocina, la hormona del amor, que también es responsable de regular la función cardiovascular.
6. Relaja los músculos. Dar o recibir abrazos estimula la microcirculación de los tejidos blandos y tiene un efecto ‘analgésico’, gracias al cual se libera el exceso de tensión y se calman muchas de las dolencias musculares no crónicas.
7. Fortalece el sistema inmunitario. Al dar o recibir un abrazo se estimula la producción de glóbulos blancos o leucocitos que son los responsable celulares de activar la respuesta inmunitaria ante agresiones externas. Como resultado las defensas del sistema inmunitario se fortalecen.
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