Pipas de girasol: ¿Por qué comerlas y en qué cantidad?
Usualmente ingerimos las pipas de girasol como un complemento de la comida que nos ayuda a mantener el hambre bajo control sin ceder a la tentación de comer demasiado. Sin embargo, las pipas de girasol son mucho más que una forma para engañar el hambre, siendo conocidas por sus propiedades nutritivas.
Hoy por hoy se recomienda ingerir entre 1 y 5 raciones de pipas de girasol a la semana para poder gozar de sus propiedades beneficiosas para la salud. Para prevenir las enfermedades cardiovasculares se aconseja consumir unos 50 gramos de pipas sin pelar, o 25 gramos de las mismas una vez peladas. Esta cantidad nos aporta unas 150 kilocalorías; obviamente, para quien está haciendo una dieta para perder peso las pipas de girasol podrían ser una opción ideal ya que aportan menos calorías que una manzana o un vaso de leche.
Además, 25 gramos de pipas de girasol nos brindarían 1,5 gramos de fibra alimenticia y lo que es más importante aún: unos 10 gramos de grasas insaturadas. Específicamente, las pipas de girasol poseen el ácido gamma-linolénico, un ácido graso esencial que no somos capaces de producir por nosotros mismos y que, incidiendo en la producción de las prostaglandinas, controla los procesos inflamatorios, regula las hormonas femeninas y controla la liberación de los neurotransmisores relacionados con los estados de relajación o de estrés.
Otra de las propiedades de las pipas de girasol es que reducen los niveles de colesterol en sangre y disminuyen los triglicéridos. A la misma vez, son una fuente de potasio y fósforo; destacándose por su aporte en hierro y magnesio; precisamente por ello, las pipas propician la relajación muscular y favorecen el crecimiento óseo. También debe puntualizarse que las pipas de girasol son particularmente aconsejables para las mujeres embarazadas ya que aportan una buena cantidad de ácido fólico, importantísimo para el crecimiento del feto.
No obstante, debe tenerse cuidado con la ingesta de las pipas de girasol ya que pueden llegar a ser indigestas y se recomienda elegir aquellas que no poseen sal. Por otra parte, debe tenerse en cuenta que las mismas también pueden provocar alergia en las personas hipersensibles.