Los 5 errores más comunes al correr
Correr es uno de los deportes más sanos y completos que existen ya que ponen en movimiento la mayor parte de los grupos musculares, mejoran tu respiración y favorecen la circulación. Además, este ejercicio nos ayuda a relajar la mente y también nos brinda una dosis extra de energía para enfrentar otras actividades cotidianas. Sin embargo, por muy sencillo que parezca, muchas personas cometen diferentes errores al correr que, a la larga, pueden causar lesiones permanentes.
¿Cuáles son los errores más frecuentes?
1. No hacer calentamiento antes de correr. Para nadie es un secreto que antes de practicar cualquier tipo de ejercicio físico es necesario calentar los músculos y las articulaciones para prevenir posibles desgarros. Correr no es la excepción. Por eso, antes de comenzar a correr deberás hacer una rutina de calentamiento en la que pongas a trabajar fundamentalmente las piernas.
2. No hidratarse lo suficiente durante la carrera. Mantenerte hidratado mientras haces ejercicios físicos es fundamental, solo así podrás mantener el equilibrio hídrico, recuperar los minerales que vas perdiendo y evitar los temidos calambres. Por eso, es conveniente que te hidrates bien antes de comenzar a correr, mientras dure la carrera y al finalizar.
3. Correr sobre una superficie dura. Se trata de uno de los errores más comunes ya que la mayoría de las personas desconoce que durante la carrera sufrimos microlesiones debido a los golpes que damos contra el terreno. Cada vez que damos una zancada, todo el peso del cuerpo recae en las articulaciones y estas pueden terminar dañándose. Por eso, lo ideal es correr sobre un terreno que amortigüe la pisada y apostar por unas buenas zapatillas que protejan los pies y disminuyan el impacto de la carrera.
4. Entrenar todos los días sin descanso. Muchos piensan que hacer ejercicios equivale a enfrentarse a un maratón cotidiano, nada más lejos de la realidad. Cuando comienzas a correr el cuerpo necesita un período de adaptación para evitar el exceso de fatiga y agotamiento, si no encuentra ese espacio el riesgo de lesiones se incrementa. Para evitarlo, lo mejores entrenar dos o tres veces por semana e ir aumentando paulatinamente la frecuencia a medida que te vayas adaptando pero recuerda descansar al menos un día a la semana.
5. Utilizar un calzado inadecuado. Para correr no vale cualquier tipo de zapatilla, debes evitar las que tienen la suela muy fina o demasiado dura. Las zapatillas para correr deben ser flexibles y ofrecer amortiguación, adaptándose a tu tipo de pisada.
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