Las propiedades del romero
El romero es una planta que crece generalmente de manera silvestre aunque actualmente muchas personas la cultivan para su empleo medicinal. Y es que de sus hojas y flores se extraen algunas sustancias beneficiosas para la salud como la esencia de romero, la resina, el tanino, la vitamina C, el ácido rosmarinico, el alcaloide rosmaricina y la saponina.
Las principales propiedades del romero provienen precisamente de su esencia, que es un líquido incoloro o ligeramente coloreado de verde o amarillo, con un sabor amargo y un olor alcanforado. Esta esencia esta compuesta por a-pineno, canfeno, cíñelo, alcanfor del romero y borneol, aunque su estructura puede variar dependiendo de la época del año en la que se obtenga.
De manera general, esta esencia tiene propiedades digestivas, aperitivas, estimulantes, analgésicas, antisépticas, cicatrizantes y estimulante del cuero cabelludo. Actúa además sobre el funcionamiento del hígado y sobre la secreción de la vesícula biliar, confiriendo también una acción tónica y estimulante sobre el sistema nervioso y circulatorio.
Debido a sus propiedades, el romero es recomendado en casos de agotamiento nervioso, de astenias, convalecencias, alteraciones digestivas y hepáticas, reumatismos y jaquecas, aplicándose además sobre llagas y heridas por su acción antiséptica. Mientras que los especialistas recomiendan evitarlo en casos de gastritis agudas, en hepatopatías, epilepsias, en el Parkinson, en úlceras gastroduodenales y durante el período del embarazo y la lactancia materna.
Puede consumirse de disímiles maneras atendiendo a la afección que posea la persona, así podrá emplearse en tisana, por decocción, disuelto en alcohol, disuelto en aceite de oliva, en infusión o simplemente fresco. En este sentido, algunos especialistas suelen recomendar su consumo combinado con otras plantas.
De esta manera, su empleo junto a la salvia, la equinácea, el tomillo o el llantén aumenta sus propiedades antisépticas y antiinfecciosas, mientras que si se combina con lavanda, melisa o cola de caballo manifiesta excelentes cualidades digestivas y aperitivas. Por otra parte, con la salvia o la bardana actúa sobre el hígado y la vesícula biliar. Si se une con el ginseng y el té verde posee un fuerte carácter estimulante sobre el sistema nervioso y circulatorio.