La Valeriana
Un día de esos, en los cuales uno esta con los nervios a millón por la responsabilidad que uno adquiere con sus pacientes; mi abuelo me llamo y me dijo: «Mira querido nieto, el médico eres tu, pero permíteme recomendarte que te tomes un té de Valeriana para que te calmes un poco».
La Valeriana se conoce desde los siglos IV y V a. de C. y se le han atribuido acciones que hoy no podemos discutir, como es su actuación contra los estados de excitación nerviosa (como el tuyo), contra el insomnio y los estados de ansiedad.
Mi abuelo se sonrió y continuó diciendo: Nosotros recogíamos la valeriana desenterrando las raíces, se lavaban bien y se colgaban para secarlas, por cierto que despedía un olor pestilente.
Para preparar el té de Valeriana, se pone a hervir un litro de agua, cuando esté muy caliente se retira del fuego y se le agregan de 10 a 30 gramos de la raíz; se tapa la olla y se deja reposar de dos a tres minutos antes de tomarse.
Eso si, hay que utilizar ollas de peltre, cerámica o vidrio, porque las de metal o de barro contienen elementos químicos que se ligan con los componentes de La Valeriana y puede ser venenoso. Además si no te quieres tomar el té, ahora mismo te preparo un baño con Valeriana y así te sirve para tranquilizarte jajajaja.
Le contesté a mi abuelo con una sonrisa: «A mi lo único que me tranquiliza ahora es saber que mi paciente esta mejorando y que va a sanar».
Mi abuelo guardo silencio por un momento y acto seguido me dijo:
«DOMINA TU AGITACI?N, SOLAMENTE LAS PERSONAS TRANQUILAS PUEDEN SER TOTALMENTE EFICIENTES».