La miopía progresiva: Síntomas y tratamiento

La miopía hace referencia a una enfermedad de la vista del estado refractivo en la cual, cuando el ojo se encuentra en reposo, el punto focal se forma delante de la retina, en vez de formarse como sucede normalmente en la propia retina.

La miopía, si bien es un término bastante popular, está rodeado de mitos. Dentro de las creencias erróneas sobre la miopía hay quienes piensan que una vez que se ha superado la adolescencia no existe riesgo de desarrollar una miopía o quienes creen que ésta aparece como consecuencia de leer demasiado con una mala iluminación o trabajar muchas horas delante del ordenador.

La miopía progresiva, también conocida como miopía patológica o magna, se refiere a cuando la persona supera las 6 dioptrías. Se considera que esta patología está causada por una alteración en el desarrollo del segmento posterior del ojo y se ha asociado a complicaciones como el desprendimiento de la retina, hemorragias o degeneración macular.

Específicamente, la miopía progresiva hace referencia a un crecimiento anormal del globo ocular que provoca a su vez un adelgazamiento progresivo de las capas del ojo (dentro de ellas la retina).

Una buena parte de las personas con miopía debe usar lentes para poder enfocar con precisión los objetos más lejanos, si bien la visión de cerca no se encuentra tan afectada, al menos en los primeros estadios de la enfermedad.

Hoy por hoy también es posible corregir el defecto con la cirugía láser que presenta un elevado índice de efectividad, en muchos casos posteriormente no se necesitan ni siquiera los lentes. Otro de los tratamientos es la ortoqueratoplastia, que consiste en el uso de lentes de contacto nocturnas para moldear la córnea debido a la presión que ejercen. No obstante, este tratamiento no se ha difundido ya que los resultados obtenidos no son inmediatos ni duraderos en el tiempo y la mayor parte de las personas abandonan el tratamiento debido a la incomodidad que el mismo provoca.

Por último, debe puntualizarse que las personas que padecen de miopía deben cuidarse especialmente su salud ocular ya que presentan más riesgos de padecer glaucoma, cataratas precoces y retinopatía.

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