La bollería industrial: ¿Sabes cuánta grasa contiene?
La bollería industrial es apetecible y en muchas ocasiones es un complemento de los desayunos, las meriendas o incluso hacen las veces de postre. Pero… ¿sabemos exactamente cuánta grasa contienen estos productos?
La bollería industrial posee un número realmente elevado de calorías si tomamos en cuenta su pequeño tamaño, otro tanto de grasas vegetales y de grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas; estas últimas son las más dañinas para la salud, sobre todo la cardiovascular. Exactamente nos estaríamos refiriendo a que en las magdalenas las grasas están presentes en el 21.5% del producto y en los cruasanes en el 30.4%. Una cantidad elevada si se compara con el 1% que contiene el pan blanco o el 0.8% de los cereales.
Las grasas hidrogenadas son preferidas por muchos productores porque tienen un coste bajo y porque los productos que las contienen se mantienen frescos durante más tiempo. Usualmente se utilizan en la elaboración de los aperitivos salados, los productos pre cocinados, las galletas y la bollería.
No obstante, el problema es que estas grasas son asumidas por el organismo como una grasa saturada, contribuyendo al aumento del colesterol “malo”.
Así, al adquirir la bollería es importante conocer con qué tipo de grasa fue elaborada y cuáles son sus proporciones. Aún así, estas informaciones no siempre aparecen en las etiquetas sino que usualmente podemos apreciar la indicación de “grasas vegetales”. De esta forma, solemos creer que se trata de aceite de oliva o de girasol, los cuales no son altamente dañinos a la salud cuando en una inmensa mayoría de ocasiones se trata de aceites de coco o de palma, de origen vegetal pero contenedores de grasas saturadas. Normalmente cuando se emplearon aceites “saludables”, el productor los incluye en la lista ya que conoce que los mismos pueden aumentar la venta del producto.
Como ya puede concluirse, es preferible no abusar del consumo de los productos de bollería industrial, decantándonos por la bollería artesanal o aprendiendo a leer entre líneas en las etiquetas.