Infecciones en el lagrimal
Las glándulas lagrimales son estructuras que se encuentran anexas al globo ocular y que están conformadas por el sistema secretor (donde se producen las lágrimas) y excretor (mediante el cual las lágrimas salen al exterior). Cuando este sistema funciona adecuadamente protege al globo ocular pero en ciertas ocasiones se evidencian algunas dificultades como el lagrimeo constante o la ausencia de lágrimas que pueden deberse a quemaduras, accidentes, al envejecimiento o a la falta de higiene y que terminan afectando la salud del ojo.
La enfermedad más habitual que ataca al lagrimal es la dacriocistitis, una obstrucción que primeramente se manifiesta con un lagrimeo constante y después con secreciones en el fondo de la conjuntiva. Otros de los síntomas son: el dolor, enrojecimiento y la inflamación en la parte interna del párpado inferior. La dacriocistitis es una problemática frecuente en los bebés que acaban de nacer y normalmente se ha superado a las tres semanas pero también se evidencia en los adultos y a menudo se puede complicar con una conjuntivitis crónica o con úlceras de la córnea.
Otra de las infecciones en el lagrimal es la epífora que se manifiesta con una secreción excesiva de lágrimas. Este trastorno generalmente se debe a una conjuntivitis, a una infección de la córnea o a una laxitud de los párpados que hace que las vías lagrimales se cierren. No obstante, en otros casos la epífora está causada simplemente porque se produce un exceso de lágrimas. En este caso las causas pueden ser: lesiones en el ojo, una reversión de las pestañas hacia dentro o el movimiento hacia fuera del párpado inferior.
Justo en el extremo opuesto otra de las infecciones en el lagrimal es el ojo seco; donde hay una gran escasez de secreción y generalmente se debe a una parálisis del nervio facial, relacionándose con el proceso de envejecimiento. Cuando el ojo seco aparece acompañado con la sequedad bucal se hace referencia al Síndrome de Sjögren donde tanto las glándulas secretoras de lágrimas como las de saliva se encuentran obstruidas. Ésta es una enfermedad autoinmune que también puede afectar la nariz, la vagina o los pulmones. Los síntomas del Síndrome de Sjögren, además de la obvia reseques en la boca y la incapacidad de llorar son: necesidad de beber líquidos con una frecuencia anormal e hinchazón de las parótidas.
Antiguamente estas afectaciones se resolvían con una intervención quirúrgica pero hoy por hoy existe el tratamiento con láser de diodo, un procedimiento que es mucho más rápido y menos invasivo.