Formas de quemar grasa, parte II
Hemos visto en el artículo anterior una de las formas de quemar grasa más comunes: el método aeróbico continuo. Veamos ahora otra alternativa, que nos ayudará a deshacernos de ese molesto tejido adiposo.
Una muy buena alternativa es la de combinar el trabajo de sobrecarga con un ejercicio aeróbico. Dicho de otro modo, esto equivale a ir al gimnasio y luego a caminar, correr, andar en bici u otra actividad aeróbica.
La rutina del gimnasio debiera durar entre 45 y 60 minutos, e incluir trabajos intensos (cada serie no debería superar los 10 segundos de ejecución), con pausas largas (unos 3 minutos de recuperación entre series). Esto hará que no acumulemos ácido láctico, y que además estimulemos hormonas que aceleran el proceso de quema de grasas.
Si agregamos el aeróbico al final de la jornada estaremos haciendo un tr abajo realmente eficiente. Es que no se trata simplemente de obtener los beneficios del trabajo aeróbico. Luego de un trabajo con cargas en el gimnasio, nuestras hormonas dejan al cuerpo totalmente predispuesto a quemar más grasas. Y si nos ejercitamos a un nivel de intensidad bajo esto se hará realidad. Al menos 20 minutos de ejercicio cardiovascular ya nos permitirán obtener algunos resultados, aunque, desde luego, si aumentamos el volumen será mejor.
Piensa además que tras la sesión de pesas nuestro cuerpo habrá gastado gran cantidad de glucógeno, por lo que indefectiblemente deberá recurrir a las grasas como fuente de energía para mantener el trabajo aeróbico.
Así que ya lo sabes, nada como una sesión de pesas y luego un rato de trabajo cardiovascular.
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