Fitness y obesidad, parte II
Hemos visto que el fitness y la obesidad van muy de la mano, ya que a partir de un adecuado programa de acondicionamiento físico, que incluya ejercicios y también un cambio en los hábitos alimenticios. Veamos algunos de los principales beneficios que puede tener una persona que padece de obesidad cuando se somete a un plan de fitness.
Efectos fisiológicos por el incremento de desgaste energético:
- Disminución del hambre.
- Incremento de masa muscular.
- Reducción de grasa corporal.
- Disminución del nivel de triglicéridos en sangre.
- Disminución de las pulsaciones por minuto en reposo y en ejercicio.
- Disminución de la presión sanguínea.
- Disminución del trabajo cardíaco en reposo.
- Incremento de la flexibilidad.
- Mejora de la coordinación.
Efectos psicológicos positivos al seguir un programa de fitness:
- Se reduce la fatiga en el trabajo.
- Incrementa la propia satisfacción.
- Mejora la autopercepción.
- Mejora en la vida social.
- Mejora de la autoestima.
- Aumento de la fuerza de voluntad para resistir a tentaciones alimenticias.
Como se aprecia, los beneficios de un programa de fitness para personas obesas son múltiples y no se limitan al plano fisiológico, sino que también se observan en el plano psicológico.
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