Escuchar zumbidos o ruidos que no existen

zumbidoPara algunas personas escuchar zumbidos o ruidos del exterior que en realidad no existen es un fenómeno muy normal, casi cotidiano. Sin embargo, esto no significa que estén pasando por un estado psicótico sino que son víctimas de una enfermedad muy extraña y poco común: el acúfeno.

Según las estadísticas, el acúfeno afecta alrededor del 6% y el 10% de la población mundial, sobre todo a personas entre los 40 y 59 años de edad ya que este problema está vinculado al envejecimiento y la consecuente pérdida de la audición, aunque también se puede presentar en cualquier otra etapa de la vida.

¿Qué provoca el acufeno?

En la actualidad aún no se conoce con exactitud cuáles son las causas que provocan que una persona padezca acúfeno, aunque los especialistas lo suelen relacionar con ciertos problemas auditivos. En este sentido, se sabe que existen algunos trastornos que pueden aumentar las probabilidades de padecer este problema, como por ejemplo:

– Las infecciones del oído

– Los problemas neurológicos

– Los tumores del sistema auditivo

– La enfermedad de Meniere

– La hipertensión arterial

– La hipoacusia provocada por ruidos fuertes bruscos o mantenidos

– La presencia de un cuerpo extraño dentro del oído o el exceso de cerumen

– La acción dañina de algunos fármacos como los antibióticos aminoglucosidos, diuréticos de asa, los antineoplásicos y los salicitatos como la aspirina

¿Qué hacer?

El acúfeno no afecta a todas las personas por igual. Al respecto, la investigación más extensa realizada hasta el momento en el Reino Unido apunta que cerca del 10,1% de la población padece acúfeno de manera espontánea por solo 5 minutos, mientras que para el 5% de la población supone una molestia más duradera y para el 0,5% se trata de un trastorno que afecta severamente su calidad de vida.

Y es que el nivel de gravedad del acúfeno varía, así como el tratamiento. De hecho, existen fármacos para tratar el acúfeno como los corticoesteroides, vasodilatadores, benzodiacepinas y antiepilépticos, aunque ninguno es específico para este trastorno por lo que sus resultados dependerán de la sintomatología de cada paciente.

Asimismo, algunos especialistas sugieren el empleo de la oxigenoterapia hiperbárica para restaurar el suministro de oxígeno en el oído interno, o la posibilidad de recurrir a otras terapias como la estimulación magnética transcraneal, la musicoterapia, la hipnoterapia y la acupuntura. Además, se ha apreciado que para quien padece de acúfeno e hipoacusia, el uso de audífonos puede mejorar ambos trastornos.

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