Entrenar duro por la noche
Entrenar duro por la noche es una costumbre de muchas personas, puesto que se trata del único horario en que pueden ejercitarse. Sin embargo, esto puede traer aparejado un problema a la hora del descanso: no poder conciliar el sueño.
Cuando exigimos mucho a nuestro cuerpo, el organismo queda acelerado y tarda algunas horas en volver sus funciones a niveles de reposo. Nuestra frecuencia cardíaca, la presión y demás factores se mantienen elevados y alerta, acomodándose paulatinamente en niveles habituales. Pero, hasta que eso ocurra, podemos tener mucha dificultar para poder dormirnos.
Puede que pienses que a ti no te pasa eso, o que conoces a alguien que entrenar muy tarde, muy fuerte y una hora después está profundamente dormido. Pueden haber algunas excepciones, pero la realidad es que entrenar tarde puede traer estos problemas.
Si no tienes más remedio que entrenar a última hora del día, es preferible dedicar ese día a un entrenamiento más tranquilo, y exigirte más cuando puedas hacerlo algo más temprano.
En caso de que en toda la semana no puedas sino entrenar de noche,deberías dedicar una buena parte de tu entrenamiento a algunos ejercicios de relajación muscular y, por qué no, mental. Desde luego, esto no hará magia ni te dormirá instantáneamente, pero ayudará a disminuir al menos un poco la excitación.
De todas formas, insistimos en aconsejarte que intentes organizar tu día de modo tal que puedas entrenar más temprano. A útima hora generalmente estás cansado y no rindes como antes. Considera despertarte más temprano para poder ejercitarte antes de ir a trabajar. O quizas puedas hacer un recreo en medio de tu jornada y luego trabajar hasta más tarde.
Imagen del artículo
